Tony Carrasco y el Mundial de Tenerife

Aunque quieran amargárselos con los goles de Rommel Fernández

Tony Carrasco tiene gratos recuerdos

Del Mundial de la Emigración en Tenerife

Ricardo Cabrera

Tony Carrasco, el gran guardameta, comunicador social y conocedor del fútbol venezolano, solo estuvo en el Tercer y último Mundial de la Emigración, el que se jugó al sur de la veraniega isla de Tenerife, pero lo recuerda con mucho cariño por la gran experiencia vivida, por las amistades que le dejó, y también por los goles del panameño Rommel Fernández.

Pocas fueron las preguntas que le hicimos a Tony, como al resto de los futbolistas que nos han transmitido sus experiencias en este torneo jugado en la década de los ochenta y del que hay muy poco escrito, y fue amplio en sus respuestas.

En cuanto a cómo fue la primera convocatoria a integrar esta selección, nos responde que “era el año 1.986, en el único Mundial de la Emigración en el que participé, y ya estaba jugando yo con la UCV FC en primera división, tenía ya un año en el fútbol profesional, y había sido convocado a la selección de Venezuela juvenil, que recuerdo fue camino a los Juegos Odesur, y también a los Juegos Olímpicos de Seúl, y bueno, apareció este Mundial de la Emigración que ya había tenido un par de ediciones”.

Añade que “Rafa Santana, quien era el Director Técnico designado para escoger y dirigir a Venezuela en ese Mundial, me convocó para ir a los entrenamientos, lo que fue una importante y grata sorpresa para mí, porque prácticamente era toda la selección de Venezuela para ese momento, la que estaba siendo convocada para ese Mundial de la Emigración de Tenerife, y la mayoría ya formaba Parte de la selección venezolana de fútbol que había ya participado incluso en el último premundial, valores importantes como Pedro Acosta, Mon López, Pedro Febles, Carlos Cayoyo Domínguez y Carlos Maldonado, todos ellos jugadores que ya habían participado en las eliminatorias premundialistas”.

Prosigue acotando que “la convocatoria desde el punto de vista logístico fue sencilla, simplemente se me acercaron un día a uno de los entrenamientos y me solicitaron que fuera al campo del Loyola que en aquel momento existía en Chacao, donde hoy en día está el Centro Comercial San Ignacio, y allí hicimos el primer entrenamiento de la convocatoria, de noche, bajo una luz amarillenta, y de ahí comenzamos a entrenar paralelamente con la UCV y en esta selección que se preparaba para el Tercer Mundial de la Emigración”.

Como es lógico, no nos puede dar su opinión sobre cuál fue el mejor Mundial de la Emigración, puesto que solo acudió al tercero.

“Con referencia a los anteriores Mundiales de la Emigración no tengo mucho que contar como protagonista, porque fui solamente al del 86 en Tenerife, sin embargo entiendo que el que se llevó a Galicia fue muy bueno, porque hubo quizá más ambiente futbolístico que en Tenerife, que era un poquito más distendido por ser una isla en plena temporada turística, y con muchos campos de tierra”.

Le preguntamos a Tony Carrascocuál fue el partido que más recuerda en ese Mundial de Tenerife.

“Bueno, tuve muchísimo, pero muchísimo trabajo bajo los tres palos en un partido frente a Panamá, porque estaba en la delantera Rommel Fernández, y este jugador me hizo tres goles en este partido, y por cierto después de este Mundial se quedó en Tenerife firmado por el equipo de casa, y luego pasó al Valencia de España, era un jugadorazo, un espigado jugador con mucho olfato de gol, y me marcó tres goles en mano a mano solo, escapado directamente y en jugadas de contragolpe, no te diría que fue el mejor que jugamos, pero si fue en el que tuve más trabajo en ese partido en el que empatamos con la selección de Panamá y quedamos fuera del Mundial”.

Con respecto a los más gratos recuerdos y anécdotas que le dejó este Mundial, señala Tony Carrasco que le costó mucho adaptarse a las canchas de tierra de Tenerife.

“Bueno anécdotas, muchas, para mí fue muy curioso jugar en tierra, era la primera vez que yo jugaba en canchas de este tipo, de hecho no estaba acostumbrado, porque venía de jugar en campos de grama, y sí jugaba en campos descuidados, pero eran de grama con tierra, pero los de allá eran campos de fútbol diferentes, porque eran de tierra preparada en la isla para jugar, muy lisos pero bastante duros, y entonces para un portero siempre es difícil eso desde el punto de vista futbolístico, había bastante gente, eso si”.

Completa su respuesta señalando que “las anécdotas fueron muchas fuera del campo, porque hubo muchos días libres y nos compenetramos bastante entre todos, hicimos mucha amistad, yo por ejemplo con José Hernández, con Carlitos Maldonado, tuve mucha amistad, también con Pestana, y con Pepe Marañón, con quien compartía la habitación como porteros que éramos los dos”.

También tuvieron actividades extrafutbolísticas, comidas, paseos y más.

“Con todo ese tiempo libre compartíamos mucho, hicimos paseos por la isla, y luego algunas salidas para conocer la vida nocturna de Tenerife, eso luego de que no pudimos pasar a semifinales. Imagínate, Tenerife Sur que es una de las partes más movidas turísticamente hablando, de Europa, entonces conocí también el lado humano de muchos de mis compañeros, con los que habitualmente no había coincidido en la cancha, sino como contrarios, y en esa selección comenzamos amistades que aún hoy en día perduran”.

Le pareció muy interesante a Tony el que a pesar de ser un Mundial, no había tanta presión hacia los jugadores, y el ambiente era más bien distendido.

“Algo que me llamó mucho la atención, y me agradó por parte de Rafa Santana que era el Director Técnico de nuestra selección en ese Mundial, es que era una delegación con un ambiente bastante distendido y muy agradable, que no se podía comparar con un torneo de los que auspicia la FIFA o la Conmebol, porque realmente era un evento hecho para los descendientes de los emigrantes españoles, y en una zona muy pero muy turística, y aunque la selección de Venezuela, como lo señalé al principio, era prácticamente la misma de eventos de jerarquía, el ambiente era distinto, sin la presión o la rigurosidad de una eliminatoria o una Copa América”.

Aún hoy en día recuerda Tony Carrasco lo que sufrió con los goles del atacante panameño Fernández.

“Una de las cosas interesantes era que había un gran ambiente en los entrenamientos, se bromeaba mucho, también íbamos a muchísimas invitaciones a comer por toda la isla, y bueno, entre esas bromas, después de aquel partido en el que Rommel Fernández me hizo tres goles, Rafa Santana bromeaba y decía que yo tenía una participación en el contrato que había firmado Rommel Fernández para quedarse en el fútbol español con el Tenerife, que tenía que reclamarle a Rommel que me pagara una parte, pero siempre en broma, porque aunque a mi no me sentara muy bien la chanza en aquel momento, entendía la situación y aceptaba sus bromas, aunque a ningún portero le gusta que le hagan goles, y menos que esos goles signifiquen la eliminación, pero eso fue parte del ambiente de camaradería que reinaba en esa selección, y se saber la calidad de rivales a los que enfrentábamos, pero también hubo muy buenos delanteros en otras selecciones y habíamos salido adelante, pero fue muy extraño ese compromiso ante Panamá, porque al final fuimos nosotros los que tuvimos que remontar para terminar empatados el compromiso, pero no nos bastó para pasar a la siguiente ronda”.