Saúl Maldonado es un hombre agradecido

Con todo lo que le ha dado Venezuela y el fútbol

Saúl Maldonado es un hombre agradecido

Ricardo Cabrera

Saúl Blas Maldonado, uruguayo de nacimiento, hermano de Carlos Maldonado, ha brillado con luz propia en nuestro fútbol, llegó a Venezuela traído por su hermano, comenzó a mostrar su talento como defensor en un equipo histórico de nuestro fútbol profesional de colonias, pero que estaba en sus estertores, un Deportivo Portugués que agonizaba, y desde allí su carrera, primero como jugador y luego como entrenador, siempre ha venido en ascenso, por lo que está muy agradecido a Venezuela y a su fútbol.

Actualmente en Panamá, dirigiendo a un equipo grande del Istmo, como es el Tauro Fútbol Club, gracias a la tecnología actual logramos realizarle vía WhatsApp varias preguntas que amablemente nos contestó, en las que queda plasmada su trayectoria, y que les ofrecemos a continuación:

-¿Cómo fueron tus inicios en el mundo del fútbol

En Uruguay, en el Baby fútbol de Uruguay jugando en canchas de 7, desde los seis años hasta los trece años.

-¿Cómo era la formación en ese momento?

Muy parecido al fútbol menor en Venezuela, entrenábamos dos veces a la semana y teníamos el partido del torneo el fin de semana, y los entrenadores eran gente que les gustaba el fútbol, pero no tenían esos conceptos o esa preparación de entrenador como los hay ahora, eran gente con actitudes y ganas, pero no era la preparación adecuada la que tenían en su mayoría.

-¿Qué entrenadores tuviste en esa época?

No recuerdo mucho los nombres de los entrenadores de club de baby fútbol en el que jugamos esos seis años junto con mi hermano Carlos, era el Deportivo Oriental, que quedaba en una avenida que se llamaba Propios, ahí fue donde nos formamos.

-¿El salto al fútbol profesional como fue?

En Uruguay jugamos en una categoría que era semiprofesional, categoría profesional propiamente hablando, di el salto cuando comencé en Venezuela en el año 83 con el Deportivo Portugués que dirigía Rafa Santana, después ese equipo desapareció y salió a la palestra el Club Sport Marítimo de Venezuela en la segunda división, yo comencé con ellos y quedamos campeones esa misma temporada y ahí ascendimos a primera división.

-¿Con qué equipos jugaste?

En Venezuela fueron Deportivo Portugués, luego el Club Sport Marítimo de Venezuela, después pasé al Caracas Fútbol Club, tuve un período corto entre Estudiantes de Mérida y Deportivo Italia, luego regresé nuevamente al Caracas y tuve jugando cuatro temporadas, para retirarme como jugador activo del fútbol profesional con 37 años.

     -¿Cómo era la primera división en ese momento?

Era un fútbol que, a mi entender, estaba en auge, no había lo que hay hoy, los patrocinantes la televisación, el apoyo, era un fútbol muy huérfano, era más a inquietudes, a voluntad y motivación de personas, que a proyectos elaborados, como se hace ahora.

-¿Contra qué estrellas de la época jugaste, y Con quién compartiste en el mismo equipo?

Recuerdo un partido cuando jugaba con el Club Sport Marítimo de Venezuela y enfrentamos al Caracas Fútbol Club de Radio Caracas Televisión en el que estaba jugando Luís Mendoza, pero ya en su última etapa como jugador y técnico, pero también compartí cancha con varios monstruos de esa época en el profesional, que eran un poquito mayores que yo, como Pedro Febles, un hermano que el fútbol me dio, Bernardo Añor y Nelson Carrero entre muchos otros, también jugamos en contra de figuras como Asdrúbal “Memín” Sánchez, René Torres, Ildemaro Fernández, Rodolfo Carvajal, Richard Páez, yo era joven, era más joven que ellos, pero tuve el honor de estar en una misma cancha con esas y muchas otras figuras.

-¿Qué partido recuerdas con más entusiasmo?

Siempre uno recuerda con más claridad las finales, y las que uno gana, más las recuerda, porque esa es la gloria, el esfuerzo de un año de trabajo, el sacrificio de toda una temporada, y hubo una final muy particular, en el año 88 si mal no recuerdo, o en el 89, que fue la última que gané con el Marítimo, que llegamos a un partido adicional con el Deportivo Táchira, donde jugaba mi hermano Carlos, en cancha neutral que era en el Estadio “General José Antonio Páez” de Acarigua, la sede del Portuguesa FC, y trajimos de Uruguay a nuestro papá, además habíamos acordado con papá que el daría la vuelta olímpica con el hijo que resultara campeón. Nosotros ganamos 2-0 al Táchira y entonces mi papá dio la vuelta olímpica conmigo, y ese es uno de los recuerdos más hermosos que tengo de los ocho títulos que pude ganar como jugador en el fútbol profesional.

-¿Tu experiencia con la camiseta vinotinto cómo fue?

A nivel de equipos jugué todos los torneos internacionales que un club venezolano pudiera haber jugado en esa época, con Marítimo quedamos campeones y fuimos a la Copa Libertadores, con el Caracas también quedamos campeones y jugamos Copa Libertadores, pero a nivel de selección nacional nunca pude jugar eliminatorias, estuve en dos preselecciones de Copa América en el año 87 con Rafa Santana, en el 89 con Carlos Horacio Moreno, y en el 91 con Raúl Pignanelli, este conocido técnico uruguayo que trabajó en Monagas y fue en un tiempo seleccionador nacional, pero a nivel de eliminatorias a Mundiales no pude jugar.

Mi experiencia con la Vinotinto fue solo esa, partidos amistosos, preselecciones de Copa América, no llegué por un motivo de lesiones unas veces, por motivo de papeles en otras, en el año 87 cuando todavía no me había nacionalizado, en el 89 con Carlos Moreno todavía me estaba recuperando de una operación de rodilla, y en el 91 con Pignanelli no llegué a conformar el listado final, entonces mi participación con la selección no fue tan importante como lo fue a nivel de equipos.

-¿Quiénes fueron tus entrenadores durante tu carrera profesional, y qué rescatarías de cada uno de ellos?

Tuve muy buenos entrenadores y de todos pude aprender, de unos mucho, de otros poco, pero siempre aprendí, porque mi aspiración en esa época era dedicarme luego a la Dirección Técnica, rescato dos rápidamente, Manuel Plasencia en el Caracas Fútbol Club y Rafa Santana en el Deportivo Portugués y en el Marítimo de Venezuela, fueron dos entrenadores importantes, ganadores, trabajadores, luchadores, gente seria, y a uno le queda eso, cuando tu te juntas e interactúas con un entrenador que es el líder y que transmite esos buenos ejemplos, tu enseguida captas la idea, y ahora que soy entrenador las aplico.

-¿Después de colgar los botines a qué te dedicaste?

Yo hice mi primer curso de entrenador con 25 años, a los 35 años ya era entrenador nacional, me retiré a los 38, yo sabía que en un futuro cercano iba a ser entrenador como aconteció, me hice entrenador porque era mi convicción, me gustaba, me preparé, y después evolucioné en esto, fui aprendiendo con la práctica, y estamos en eso, hoy en día con 58 años, todavía aspiro a seguir dirigiendo varios años más.

-¿Cómo ves el fútbol actualmente en Venezuela?

Lo veo con un crecimiento extraordinario a nivel de categorías menores, equipos que ya tienen patrimonio propio, de jugadores que emigran, de categorías formativas en clubes que venden jugadores para generar recursos, de televisión, de sponsors, de buenos patrocinantes, obviamente que uno hubiese querido que a nivel de selección de Venezuela, ese crecimiento haya sido más rápido para poder haber ido a un Mundial, estar en Sudamérica y competir con Brasil, Argentina, Uruguay, Colombia, Chile, Ecuador, Paraguay, Perú, pero creo que todavía hay esa pequeña o gran deuda, según como se vea, de nuestro fútbol venezolano.

-¿Como fue tu llegada al Deportivo Portugués y cómo recuerdas esa época?

Mi llegada al Deportivo Portugués se produce cuando Carlos, mi hermano, viaja a Uruguay a jugar con el Atlético San Cristóbal del desaparecido Walter “Cata” Roque, jugaron contra Peñarol y Nacional, y allí el mencionó la posibilidad de venir a jugar a Venezuela, habló con Rafa Santana, que era el entrenador del Deportivo Portugués, y llegué al equipo lusitano. En esos años el fútbol profesional era complejo, era difícil en Venezuela, por el tema de logística, el tema sueldos y tantas otras cosas, no era sencillo mantener una estructura en un equipo profesional que tenía gastos y pocos ingresos, entonces tocó sufrir en todos los aspectos, tanto así que el Deportivo Portugués finaliza ese torneo y desaparece, y al año siguiente sale a la palestra el Club Sport Marítimo de Venezuela en la segunda división, y yo comienzo con este equipo.

-¿Cómo fueron tus inicios como entrenador apenas dejaste el futbol profesional como jugador, y qué equipos dirigiste?

Cuando yo me retiré del fútbol, a los 37 años, en el año 97, yo ya sabía que quería ser entrenador, porque como señalé ya, hice mi primer curso cuando tenía 25 años, y en el 98 trabajé en el Colegio San Ignacio de Loyola, dirigiendo a las categorías infantil B, A y juveniles, Polín Páez Pumar dirigía a las categorías más pequeñas. Después en el 2.000 regreso al Caracas Fútbol Club ya como entrenador, con la figura de asistente del técnico Carlos Horacio Moreno y allí estuve durante dos años, recuerdo que ganamos una Estrella, en el 2002 salgo del Caracas para el Club Hebraica, al que fui como coordinador de fútbol.

-¿Cuáles equipos del profesional dirigiste en Venezuela hasta ahora y como te fue?

En el 2005 empiezo mi carrera solo, como entrenador, dirigí en aquel entonces al Deportivo Italia, después dirigí a Estrella Roja, Carabobo, Yaracuyanos, Monagas, Tucanes de Amazonas, Deportivo Petare, después el ItalMaracaibo, después fui como asistente de mi hermano Carlos Maldonado a dos equipos, Zulia y Deportivo Táchira, y ahorita estoy en Panamá trabajando, ya tenemos un año dirigiendo al equipo Tauro. Con este club pudimos quedar campeones en el primer torneo que dirigí, en el segundo torneo llegamos a semifinales, y ahorita estamos disputando el tercer torneo, nos ha ido muy bien en Panamá, y ha sido una experiencia muy gratificante.

-¿Cómo lograste dar el salto a dirigir en el exterior?

El club Tauro FC de Panamá me había llamado en dos oportunidades, en la primera estaba con Carlos Horacio Moreno en el Deportivo Táchira, no podía dejar a Carlos solo ni podía dejar al Táchira, porque soy de los que sostengo que uno tiene que cumplir con sus compromisos, les dije a ellos que no, la segunda vez que me llamaron estaba en el Zulia también con Carlos, la misma situación, les volví a decir que no, y la tercera vez fue hace un año, en septiembre del 2018, yo no estaba dirigiendo y bueno, ya era la tercera vez, creo mucho en esos llamados, había estudiado a Tauro, que es un equipo grande acá en Panamá, un equipo importante, y me vine, creo que ha sido una buena decisión, y esperemos estar aquí un tiempo más, pero siempre con la intención de en un futuro regresar a Venezuela y volver a dirigir allá.

-¿Cuál fue tu mejor temporada en Venezuela como entrenador?

Como entrenador puedo destacar varias temporadas en las que se han logrado los objetivos, no me ha tocado dirigir a equipos que peleen campeonatos, en Venezuela por lo menos, pero aquí en Panamá si lo pudimos ganar. Allá recuerdo dos muy particulares con Yaracuyanos, porque fue un proyecto que comenzó de cero, un equipo que subió de segunda división y lo pudimos clasificar a Sudamericana, era una linda plaza futbolística, la gente iba al estadio, el estadio se llenaba, era una ciudad tranquila, cómoda, Yaracuyanos tenía las instalaciones para trabajar, hacíamos mucho doble turno, entonces cuando sumábamos la cantidad de horas de días de trabajo, trabajábamos más que otros equipos, y esa ventaja la pudimos capitalizar en el torneo. Yaracuyanos era un equipo que trabajaba bien lo táctico, que corría mucho, y que se fue formando, después de esos dos años que estuve allí, salí porque era un ciclo cumplido, pero también la alegría mía era que salieron muchos jugadores a equipos importantes, a pelear cosas importantes y a ganar dinero.

-Por último: ¿qué te dio el fútbol y Venezuela?

Gracias al fútbol venezolano y a Venezuela conocí a mi esposa y hace 31 años que estamos casados, tuvimos dos hijos morochos, Javier y Andrés, son futbolistas y también a la par sacaron una carrera profesional y se graduaron de comunicadores sociales, entonces estoy muy agradecido, eternamente agradecido a Venezuela, al fútbol venezolano, que me permitió formar una familia con una venezolana extraordinaria, con hijos venezolanos, y me dio una oportunidad en el fútbol, que quizás en Uruguay no la tuve, así que muy agradecido desde el fondo de mi corazón al fútbol venezolano, y espero regresar en un corto tiempo a él, a dirigir.