“Niño” Mora: del Portuguesa de Jairzinho a la 2ª división en Francia
El Portuguesa FC, semifinalista de la Copa Libertadores de América de 1977, no solo tenía a la gran figura del Brasil tricampeón, Jairzinho. También, estaba una promesa que se había formado en el Centro Juvenil Don Bosco y que, por alguna jugada del destino, recaló en el club Béziers de la segunda división en Francia.
Hablamos de Antonio José “Niño” Mora, quien en 1978 se convirtió en el primer futbolista venezolano fichado en aquellas tierras de Europa.
“Yo aprendí bastante en el Portuguesa, donde no tenía mucha oportunidad, pero compartí con Jairzinho, Marcenaro, Núñez, Peralta y todos esos grandes jugadores. Debuté con 21 años gracias a Freddy Elie, que era el técnico interino en 1976, y fue contra Estudiantes de Mérida, haciendo dupla adelante con Peralta (Pedro Pascual, paraguayo)”, rememoró Mora, nacido hace 64 años en Caracas.
En mayo de 1977, por razones personales, viajó a Montpellier y “me vieron entrenar en canchas públicas, por lo que me llevaron a un equipo de primera categoría llamado Heliópolis, pero luego me fueron a buscar del Béziers”, explicó quien se desempeñaba como puntero izquierdo.
En el Béziers DFC no jugó los minutos que aspiraba, pero se mantuvo por seis meses, tiempo en el que compartió con el camerunés Jean Pierre Tokoto, camiseta 10 de la selección de Camerún, aunque en el Mundial de España 1982 se lesionó.
Sin proponérselo, Mora abrió las puertas de sus compatriotas en Francia. Así, algunos años después, arribaron el portero Tony Carrasco, los defensores Oswaldo Vizcarrondo y Gabriel Chichero, así como los atacantes Fernando “Colorao” Aristiguieta, Jhonder Cádiz y el actual guardameta de la Vinotinto, Wuilker Farínez.
Buen nivel
En el circuito venezolano, también militó con el Valencia FC y Mineros de Guayana, este último al mano de su amigo y mentor, Luis Mendoza Benedetto. Con la divisa negriazul, fue pieza importante del ascenso a la primera división en 1982.
“Había un buen nivel cuando me tocó debutar en el profesional. Pude haber jugado en el Galicia o el Italia, pero me propuse una vara más alta y llegué al Portuguesa”, rememoró Mora, quien fue portero en divisiones inferiores del Don Bosco y las selecciones del estado Miranda.
Tras retirarse en 1983, siguió coincidiendo con Mendoza y cada vez que se organiza un evento para resaltar a las glorias de la Vinotinto, le acompaña.
“De Luis, que es mi amigo, rescato su sinceridad y la defensa al jugador venezolano”, sostuvo sin olvidar el trabajo incansable de Walter “Cata” Roque y la disciplina impartida por el yugoslavo Vladimir Popovic.
La amargura de los 20 minutos
Como una peripecia más de la permanente improvisación federativa, el técnico griego de la Vinotinto, Dan Georgiadis Draculis, pidió que lo buscaran para enfrentar a Uruguay y Bolivia en las eliminatorias suramericanas de 1977.
Acudió al llamado por el orgullo de representar a su país, pero relató la amargura de su único partido oficial, en el que Venezuela empató 1-1 con los charrúas: “Eso prefiero olvidarlo, solo me acuerdo de la disposición de Ricardo Moss para enviarme pelotas al frente de batalla”, contó Mora, quien fue inexplicablemente sustituido a los 20 minutos del match en el estadio Brígido Iriarte. Lo reemplazó el guaireño Iván “Tiburón” García.
Dijo que estuvo entrenando tres veces al día durante dos semanas, antes del juego con Uruguay. Unos minutos previos al partido, Georgiadis (que dirigió al Portuguesa FC) ordenó el cambio de números de camisetas entre los titulares.
“Eran cosas incomprensibles: ¿tú crees que Fernando Morena, Juan Ramón Carrasco, Olivera y esos tipos iban a estar pendientes de los números de nuestras camisas? Además, ese día miré las caras de los que se sabían el himno nacional. No volví más a la concentración”, rememoró.
En contraste, y aunque no formara parte de esa selección para los Juegos Panamericanos de Caracas en 1983, atesoró buenas sensaciones de la respectiva preselección, al mando de Manuel Plasencia, que disputó varios partidos de preparación en Bogotá (Colombia). “Me fue bien y lo disfruté mucho”, añadió.
Por estos días, Antonio “Niño” Mora es entrenador del Don Bosco, desde donde aspira a contribuir con la formación de muchos jugadores de fútbol en el país.
Autor
Rafael Lastra
Colaborador de VenezuelaFutbol.-