Mendocita: Genio y figura…..

Nació, vivió y murió apegado a sus convicciones

Ricardo Cabrera

El dicho popular de “Genio y Figura hasta la sepultura” parecía haber sido hecho para el “Loco” Luis Mendoza, porque siempre le calzó a la medida.

Aunque tenía años sin verlo, dos o tres veces desde el 97 cuando me mudé para Mérida, siempre lo recordé como el referente verdadero y auténtico de lo que ha debido ser nuestro fútbol: inconforme, contestatario, irreverente, auténtico, sin copiar a nadie, y siempre orgulloso de lo que era: un futbolista líder.

Desde que comencé en el periodismo deportivo lo conocí como Mendocita, no sé el porqué del diminutivo, ya que siempre fue y sigue siendo grande. También le decían el Loco Mendocita, porque ese es el mote, apodo o sobrenombre que le ponen a los adelantados a su época, a los que no se miden o no se quedan callados, y Luis Mendoza era así, nunca cambió, gracias a Dios.

Lo Vi y disfruté poco jugando profesional, ya cerca del retiro como futbolista activo en ese nivel (porque me dicen que “caimaneó” hasta casi los 75) pero nunca perdió su clase, su visión periférica, su claridad y su manera de desprenderse rápido y eficientemente de la pelota cuando era preciso, con los años perdió condiciones físicas o velocidad, pero la habilidad en el manejo del balón y la rapidez mental la mantuvo hasta jugando en amistosos de veteranos.

Compartí un poco con el Loco, como compañero o rival en amistosos de veteranos, en las canchas de clubes, en el Fray Luis, en el Fuerte Tiuna en el Germania y hasta en el viejo Loyola, con sus arcos de madera, y nunca cambió: peleón como él solo, reclamando a sus compañeros y más a los rivales, nunca nunca le gustó perder, y fuera de la cancha, en el tercer tiempo, era muy agradable sentarse y escucharlo.

Siempre defendió al futbolista criollo y protestó porque no les daban el valor que merecían. Estuvo en contra de los importados, pero no de todos, no de los buenos, sino de los que consideraba que tenían menos calidad que los jugadores criollos, y que como él mismo decía, venían a quitarle el puesto a un criollo. No fue xenófobo como muchos podrían creer, porque tuvo muy buenos amigos futbolistas extranjeros, principalmente de los que vinieron, sentaron cátedra y se quedaron a vivir con nosotros. Con ellos compartía dentro y fuera de las canchas.

Una cosa había que reconocerle siempre a Mendocita, que defendió a muerte sus convicciones, deportivas, sociales o políticas, era frontal, no camaleón ni guabinoso, y uno podría estar de acuerdo o no con él, pero se lo respetaba.

Podrán decir lo que quieran, que si sí es, que si no es, pero para este servidor Luis Alfredo Mendoza Benedetto, el Loco Mendocita, es el mejor futbolista venezolano de todos los tiempos, dentro y fuera de la cancha. Así lo queremos recordar.

 Nota: ilustramos esta nota con fotos de Mendocita, tomadas del estupendo libro del Maestro Andrés Parodi “Lo que debe Saber de Fútbol”, editado en 1.971 por Anaya Interamericana C.A, e impreso en Artes Gráficas Benzal, Virtudes 7, Madrid.