En 1949 emigrantes españoles crearon el Torneo Ibérico, un ícono del fútbol venezolano
Por Gabo Capriles
Para los que hemos vivido toda la vida dentro del mundo del fútbol Venezolano y mundial, el Torneo Ibérico, fundamentalmente jugado en Caracas, pero con alguna acción en Valencia, con campeonatos similares por ejemplo en el estado Aragua, es una referencia histórica de la génesis de nuestro balompié.
Lo primero que hay que decir es que se trata de una competición de las más antiguas del fútbol amateur a nivel mundial, lo cual fue reconocido por la Federación Internacional de Futbol Asociado FIFA, y una de sus últimas ediciones se realizó en 2017 para brindarle un homenaje a un Gigante, como lo fue el entrenador y dirigente Lino Alonso.
Los equipos fundadores, los que participaron en la primera edición del Torneo Ibérico en el año 1.949, fueron el Club Deportivo Hispano, el Catalonia Fútbol Club del Centro Catalán, el Deportivo Español, club de la Casa de España, el Deportivo Celta, del Lar Gallego y el Deportivo Vasco del Centro Vasco.
El Torneo Ibérico surge, como el llamado fútbol de colonias, de las entrañas de una migración española por barco, que comenzó a arribar a Venezuela en la década de los años 40, unos años después de la finalización de la Guerra Civil de España, época de la dictadura de Franco, la Segunda Guerra Mundial que se hacía presente en Europa, y la profunda crisis económica que obligó a ríos de españoles a buscar nuevos rumbos como Caracas y Valencia en Venezuela.
La Guerra Civil de España fue un efecto dominó en Europa, que trajo consigo momentos difíciles en años, en países como Portugal e Italia, los que también entraron en la onda migrante.
Ellos, españoles, portugueses e italianos, trajeron en su sangre la savia futbolera y por allí es donde empieza todo:
Hoy en Venezuela Fútbol Historia hay registros fotográficos del Torneo Ibérico en Caracas en los años 50 con la organización cada edición de un club distinto, como el Centro Gallego y en donde participaron equipos como El Deportivo Vasco, El Club Español, El Catalonia, El Celta, el Portugués y Las Palmas entre otros.
Hay una etapa del Ibérico en los años 60 que también intentaremos reconstruir.
Existió un equipo muy competitivo junto al Centro Gallego que fue campeón de 1era categoría entre 1953 y 1954, que fue El Celta, y que en su oportunidad fue reforzado por 6 jugadores del Loyola: Cesar Díaz, Landáez, Rodolfo y Luis Noya, Antonio el Cojito Rodríguez y Douglas Vidal.
Ibérico o Génesis en todo!!!!
El Torneo Ibérico tiene una significación especial y no ha debido desaparecer en un ocaso tras la popularización del fútbol nacional, porque en este campeonato se sembraron tradiciones que hoy por hoy perduran dentro del nuestro balompié.
Las inauguraciones, el entusiasmo que había, los buenos jugadores de primera categoría del amateur junto a los profesionales activos o ya retirados, las finales a reventar, están aún en la memoria de quienes vivieron esta época, hasta hace poco en nuestros días.
Los grandes partidos con música de fondo de la bandas marciales de los militares de aquel entonces bien involucrados con el deporte.
Si, las finales del Torneo Ibérico siempre fueron un gran acontecimiento Deportivo porque la calidad siempre fue indiscutida, tan es así que en algunos estados como Aragua y Carabobo lo emularon con éxito, más en la ciudad de Valencia.
El florecer de los años 70 y 80
Fernando «Nano» Clemente asegura que el Torneo Ibérico fue por muchos años la competición más antigua de Sudamérica jugándose ininterrumpidamente.
Su éxito se debe en parte a la gran asistencia de espectadores que apreciaban el buen fútbol que practicaban las diferentes divisas, y ese aroma que se disfrutaba por aproximarse la Navidad.
«Tanto fue su éxito, que tras años de su realización consiguió la participación de importantes equipos de empresas privadas (Bingo, Central Madeirense, Frenos Ávila,…) y de selecciones de clubes sociales (CIV, Hermandad Gallega, Centro Portugués, Don Bosco)» señaló.
Nano prosiguió su testimonio alegando que las más importantes divisas tenían en sus plantillas una mezcla de amateur y profesionales, que al mando de grandes entrenadores conseguían captar la atención de los fanáticos de cada divisa, y se daba lugar a una sana rivalidad que realzaba el prestigio de cada edición.
«Hay mucho que agradecer por este éxito a los dirigentes del Ibérico -insistió- que hicieron posible esta infaltable competencia a finales de cada año..»
«Personalmente tuve la suerte de participar en el Ibérico con tres divisas, Central Madeirense (campeones en 1984 y 1985), Deportivo Galicia (campeones en 1987 y 1988), y San Carlos Araguaney» nos contó.
Clemente agregó que le concedieron el trofeo al mejor jugador en 1985, tras uno de los campeonatos logrados con Central Madeirense.
«Tuve la suerte de ser dirigido por los profesores Tiberio D’Antuoni, Manuel Plasencia y Vicente Barbeito.» Indicó.
También se recordó de los árbitros que pitaron esos partidos tan competidos pero casi siempre con mucha deportividad.
«Agradezco al Torneo Ibérico todo lo que pude conseguir como jugador y disfrutar por muchos años, todavía hoy, de la amistad con muchos compañeros de equipo y rivales que se han convertido en hermanos del fútbol, con los que compartí recuerdos inolvidables» remató para finalizar. Continuará y en desarrollo !!!