¿El PostFútbol?
La época en que vivimos se encuentra fuertemente marcada por transformaciones tecno científicas que ocurren de manera muy acelerada y generan cambios profundos en todos los espacios de la sociedad, incluso en aquellos que en los que antes resultaba difícil imaginar, como, por ejemplo, en la gastronomía en donde ya hay robots que preparan comida japonesa y chefs que se dedican a la cocina molecular. Dicho en pocas palabras, esta etapa de la historia viene en buena medida dibujada por la Cuarta Revolución Industrial, fundamentada en las llamadas “tecnologías disruptivas”.
El Big Data en el fútbol
El deporte no es un escenario que escape, por tanto, a las consecuencias que generan estos cambios. No lo es en ninguna de sus disciplinas, ni en ninguno de sus aspectos – estadios, métodos de entrenamiento, estrategias, vestimenta, alimentación, salud, arbitraje, etcétera -. Por si fuera poco lo anterior, ya se dejan ver sus implicaciones en las formas de dopaje, que, como se sabe, han adquirido diversas modalidades, entre ellas el dopaje genético y el dopaje cognitivo.
No debe sorprender, entonces, la creciente influencia del Big Data en el fútbol. Dicho en cristiano, se trata del almacenamiento de un enorme volumen de informaciones que se recogen, organizan, entrecruzan y examinan con el fin de utilizarlas para tomar decisiones con relación a los varios factores que se encuentran asociados al balompié.
.Dicen los entendidos que durante el transcurso de un juego de fútbol se recogen alrededor de ocho millones de datos, que se usan para evaluar el rendimiento individual de los futbolistas, así como para el análisis de diversos eventos que ocurren a lo largo de los noventa minutos (los pases acertados y errados, tiempo de posesión del balón, pérdidas de la pelota, remates, goles, faltas, tarjetas y factores similares). También se emplean, por supuesto, para establecer la alineación del equipo que saldrá a la cancha y diseñar las estrategias que ordenan las maneras para atacar, defender, ejecutar los tiros libres o los penaltis y paremos de contar. Tales aspectos se complementan con el seguimiento de los equipos rivales e, incluso, la observación y estudio de temporadas completas.
Adicionalmente el Big Data se ha vuelto una herramienta necesaria para contratar jugadores, calibrar su fortaleza física y su desempeño, así como otras muchas variables que permiten, entre otras cosas, anticipar los riesgos de una lesión.
EL Director Técnico hoy en día
En el pasado, el entrenador de un equipo tenía, apenas, el encargo de conducir la preparación física de los jugadores, realizada de forma muy rudimentaria (unas carreritas, unas cuantas flexiones y una suerte de caimanera para desarrollar algunas habilidades), así como escoger los once titulares de cada partido y resolver los cambios necesarios a lo largo de los noventa minutos, todo ello actuando primordialmente sobre la base de su experiencia y las informaciones que, casi con ribetes de chisme, le pudieran llegar sobre el club rival.
Su papel ha evolucionado, obviamente. En efecto, hoy en día se habla del Director Técnico, un señor con flux y corbata, jefe de un elenco de especialistas, encargado de una misión bastante más compleja que depende de manera progresivamente más relevante, de estadísticos, ingenieros de sistema, computistas y profesionales de las ciencias sociales, con la encomienda de, a través del Big Data, arrinconar al azar y proyectar el destino de cada partido o temporada, así como el de cada jugador.
¿El post fútbol?
Hay varias compañías especializadas que venden sus servicios para la utilización del Big Data a clubes y selecciones. Sobra mencionar que, dado el equipamiento requerido y el alto nivel de conocimiento especializado que involucra, los mismos no resultan nada baratos y quedan fuera del alcance de la mayoría de los clubes. ¿Esta, pues, bajo amenaza la igualdad de oportunidades, un principio esencial que debe gobernar el juego.?.
Por otro lado, ¿el resultado de los partidos se decidirá, entonces, sobre todo por las informaciones y los números que se recogen y estudian en las computadoras?. ¿ Así las cosas, muchos se preguntan si en el futuro, podrá algún jugador tener la ocasión de ignorar el libreto que le marcan los técnicos, hacerse del balón y sacarse de la manga una ocurrencia personal?.
En fin, ¿dependerá el fútbol del Big Data y de las demás innovaciones que ofrece el menú tecnológico de hoy en día ?. ¿Pasará a ser, como apuestan algunos expertos, un deporte muy distinto del que más o menos siempre ha sido, dándole la razón a quienes ya anuncian la aparición del post futbol?.
Cuando los Astros de Houston, un club muy modesto, se alzó el año pasado con el campeonato en la Serie Mundial, venciendo a los favoritos Dodgers de Los Angeles, sus directivos no atribuyeron el triunfo a la profundidad de su picheo o la solidez de su defensa, como suele decirse, sino a “… a una computadora, varios algoritmos y millones de datos…”.
¿Deberá verse el futbol en ese espejo?.
Venezuela Futbol
22 de febrero de 2019
Ignacio Avalos Gutiérrez