Dicen que el Viagra también ayuda en la cancha

El mes pasado el Viagra cumplió veinte años de haber sido lanzado al mercado con el propósito de corregir eso que elegante y cuidadosamente se denomina la disfunción eréctil. Como se sabe, se trata de una pildorita azul, conocida hasta en el último rincón del planeta y que ha pasado a ser un distintivo de los tiempos que corren, formando parte de un amplio menú de pastillas, entre las que cabe mencionar Prozac, concebido para tratar la depresión, Serotax la timidez, Aurix la fobia social, y así otras muchas creadas para hacer dormir, adelgazar, aumentar la concentración y quien sabe cuántas cosas más, obsesión de los terrícolas modernos.

El Viagra y el Fútbol

Desde hace un tiempo, quien lo iba a pensar, el Viagra (replicado en diversos productos genéricos, pues ya se venció la patente de Pfizer, la multinacional que lo inventó), ha pasado a compartir la cama con los escenarios deportivos, aduciendo que ayuda a mejorar el rendimiento de los atletas.

Así, en los predios del fútbol se ha utilizado principalmente para aminorar el impacto que causa la altura en el rendimiento físico de los jugadores. Guardando las obvias distancias, cumple una función semejante a la cámara hiperbárica, diseñada con el fin de llevar a cada célula del organismo mayores cantidades de oxigeno que las que reciben en condiciones normales. De acuerdo a las informaciones disponibles, el Viagra ha sido empleado por distintos equipos suramericanos en las ocasiones en que han tenido que ir a disputar partidos en La Paz, la capital boliviana. Al respecto señalan los  especialistas que la pastilla dilata las arterias pulmonares y, al aumentar la cantidad de sangre, incrementa la oxigenación y compensa el efecto generado por la menor presión atmosférica ocasionado por jugar tan cerca del cielo, esto es, a más de 3.500 metros sobre el nivel del mar.

Hasta ahora el Viagra se encuentra autorizado por la FIFA. Sin embargo, el Comité Olímpico Internacional (COI) busca determinar si la pastilla, que no solo se consume en condiciones como las arriba citadas, debe incluirse en la lista anti – dopaje. Los científicos calibran, así pues, su  impacto en el desempeño de los jugadores y algunos creen que el Viagra podría tener un resultado positivo mayor si se toma en combinación con esteroides.

El  Dopaje Genético no es cuento chino

Me valgo del aniversario del Viagra para pisar terrenos bastante más complejos y hasta pantanosos. En efecto, más allá de lo anterior y mirado en el contexto actual, el de la pildorita azul representa, apenas, un episodio modesto dentro de los cambios que tienen lugar a partir de las transformaciones tecno científicas – tómese en cuenta que son éstos los días de la llamada Sociedad del Conocimiento –, armados en torno a la nanotecnología, la biotecnología, las ciencias cognitivas y las tecnologías de información.  Tales transformaciones afectan profundamente todos los planos (político, económico, cultural institucional, ambiental, ético) de la vida humana.

Resulta fácil imaginar, entonces, que no hay actividad deportiva que no se vea tocada por un conjunto de innovaciones, las cuales dejan huella en todos los aspectos, trátese de estadios, implementos (balones, jabalinas, raquetas…), vestimenta,  alimentación, salud, métodos de entrenamiento, elaboración de estrategias de juego, arbitraje o, por mencionar un último elemento, la intervención sobre el propio cuerpo humano a fin de ampliar sus capacidades en la competición deportiva.

Imposible no mencionar, entonces, el llamado dopaje genético, definido por la Agencia Mundial Antidopaje como “el uso no terapéutico de células, genes o elementos genéticos, o de la modulación de la expresión génica con el fin de incrementar el rendimiento atlético”. En otras palabras, alude al cambio de nuestra composición genética, vale decir, de los ladrillos con los que estamos fabricados, a fin de ensanchar la capacidad del ser humano en los escenarios deportivos.  Se trata, así pues, de un brinco notable dentro de una larga historia que registra la búsqueda permanente de maneras, santas y no tanto, orientadas a obtener ventajas reñidas con la paridad de condiciones que debe gobernar la actividad deportiva, señal de que ésta no transcurre solo bajo la inspiración de los valores predicados en el evangelio olímpico – “lo importante no es ganar, sino competir, sentenció a principios del siglo pasado el Barón Pierre de Coubertain”-, sino, por la necesidad de conseguir la victoria. Tan así son las cosas que en el caso de los eSports, las autoridades competentes buscan las maneras de detectar el dopaje por parte de algunos competidores que utilizan sustancias  orientadas a reorzar la capacidad de concentración.

¿También compiten los laboratorios ?

En fin, la metamorfosis del deporte, como consecuencia de la utilización de un abanico muy  variado de innovaciones, ha puesto sobre la mesa cuestiones que parecieran desbordar nuestra capacidad para pensarlas y calibrarlas., así como para determinan como han de ser reguladas. En los últimos Juegos Olímpicos, celebrados en Brasil, las autoridades tuvieron que tomar a tientas algunas  previsiones para determinar si los atletas incurrían en el Dopaje Genético y para el próximo evento de Tokyo las medidas se redoblarán, pero todavía con un alto grado de incertidumbre, lo que seguramente explica que la FIFA aún no haya hablado del asunto.

Así las cosas, los estudiosos han empezado a hablar de la necesidad de repensar a fondo la actividad deportiva y, sin tener que apelar a los textos de ciencia ficción, esbozan la posibilidad de un “deporte post humano”, fundamentado en el  rediseño del organismo a partir de su estrecha fusión con la tecno ciencia.  ¿Cuál irá siendo, entonces, el peso que tienen los laboratorios en las copas  y medallas obtenidas por los atletas?  Es esta una pregunta que hoy en día no es para nada descabellada y su respuesta alude a la forma como se desarrollará el deporte en el futuro – no muy lejano, como creen muchos -, consecuencia de los cambios tecno científicos, referidos éstos no sólo a las mutaciones genéticas. Nada ilustra mejor lo señalado que el hecho de que las autoridades la Federación Internacional de Atletismo decidieran que Oscar Pistorius, el famoso atleta discapacitado, no podría participar en las próximas olimpíadas considerando que sus prótesis le aportaban condiciones biomecánicas que lo colocan en ventaja respecto a los atletas no discapacitados.

Resulta fácil suponer que aspectos como las planteadas  también atañen al fútbol. “Sentado en las gradas” trataré de lidiar con algunos de ellos  en el próximo artículo.


Sentado en las Gradas por Ignacio Ávalos

Sociólogo egresado de la Universidad Central de Venezuela, con curso de especialización en Política Científica y Tecnológica en el Centro para Estudios del Desarrollo (CENDES) de esa casa de Estudios.
Ignacio Avalos Gutiérrez – iavalosg@gmail.com