Carlos “Cachorro” Betancourt y el oro de los CAC’82 “Esos no nos van a ganar a nosotros”

Carlos «El Cachorro Betancourt»

Seriado Centroamericanos y del Caribe 1982

Medalla de Oro.

Como todo oriental que se respete, Carlos “Cachorro” Betancourt es un hombre de un carácter dicharachero y muy cuentero, siempre tiene una anécdota que relatar, por lo que fue todo un placer escucharlo hablar de sus experiencias, y su visión general, de lo que fue la participación de la selección de Venezuela en los Juegos Centroamericanos y del Caribe del 82 en Cuba, cuando todavía no éramos “Vinotintos,” y nos seguían considerando “cenicienta”. Leamos e imaginémoslo contando él mismo sus historias.

De carambola en la selección

“Llegué a la selección de Venezuela en ese entonces de carambola y explico porqué: porque la selección de Venezuela tenía un compromiso en la ciudad de Barinas contra el Atlético Zamora, equipo con el que yo jugaba en ese tiempo, pero a ellos les faltó un jugador, por lo que el profesor Manuel Plasencia habló con la directiva, me pidió y se lo permitieron, que jugara con la selección y contra mi propio equipo, y desde ahí no salí más de la selección, me quedé y me institucionalicé como parte de la selección, cumpliendo un sueño que tuve desde niño, y era jugar fútbol profesional y pertenecer a la Vinotinto”.

“Yo digo que esa cohesión tan estupenda que logramos como grupo la concretamos en una gira que tuvimos por la República Popular de China, una gira que creo consiguió el profesor Plasencia por intermedio del gobierno del presidente Luís Herrera Campins, y por allá duramos un mes compartiendo, conociéndonos, ¿que perdimos todos los partidos?, si está bien, pero eso pasa en todo grupo, esos partidos son para probar jugadores, y ahí el profesor Plasencia tuvo la capacidad de probar a casi todos los jugadores en esa gira, a ver con quien contaba él para los Juegos Centroamericanos de Cuba, y eso nos unió como grupo, como personas y como selección, pues fueron muchas las vivencias que tuvimos en ese país de una cultura tan diferente a la nuestra”.

Dos partidos que nos marcaron

“Dentro de los Centroamericanos, yo no digo que tuvimos momentos sublimes, pero si tuvimos dos partidos que para nosotros nos marcaron, que fue el primero contra México, que era la selección más fuerte, y ese partido lo perdimos 1-0 pero batallando, y fue un partido de tu a tu, hasta hubo una tángana feísima, y nosotros luchamos como gladiadores también, defendiéndonos con todo, sin dejarnos atropellar, y esa situación que vivimos todos nos llevó a ser aún más compañeros, más grupo, más selección, más venezolanos, y eso nos hizo ver y saber que podíamos lograr la meta y el objetivo que nos inculcó el profesor Manuel Plasencia, un entrenador extraordinario, con una disciplina intachable que nos la inculcó. Nosotros nos quejábamos, era como un régimen militar, pero valió la pena porque logramos el objetivo, gracias a la disciplina que nos inculcó el profesor Plasencia”.

Selección México 1986

Lateral obligado

“Anécdotas de esa competencia tengo muchas, la primera fue en el mismo primer partido de la competencia. Yo nunca fui lateral, a esta selección asistí como lateral porque el equipo Atlético Zamora, como siempre ocurría en el fútbol venezolano, cuando le llegaron unos extranjeros brasileros, inmediatamente lo quieren marginar a uno, o juegas de portero o juegas de lateral, Nerio Hernández me tiró al lateral, pero yo nunca marcaba, yo era más de irme al ataque que lo que defendía. Entonces en el primer partido allá en Cuba en una de esas me fui al ataque y el profesor Plasencia me gritó “Betancourt qué haces…en eso yo veo que está Bernardo Añor y los otros atacantes nuestros, les lancé el centro, pero con suerte que soplaba brisa y el balón se fue metiendo y metiendo, el portero se metió con todo y balón en el arco y fue gol, y entonces el profesor Plasencia me gritó “bien Betancourt, muy bien”, después que me había regañado”.

El Venao no, el Coco sí

“Del partido contra México estábamos en plena tángana, y antes ponían una banderola en la mitad de la cancha, y el “Venao” Castillo, que es un tipo altote y muy fuerte, que se le marcaban todos los abdominales, estuvo ahí un rato tratando de sacar el banderín para defenderse y no lo pudo sacar, entonces llegó corriendo el “Coco” Arroyo, lo medio empujó y él sacó el palo del banderín con una sola mano, imagínate, el “Coco” Arroyo que es la mitad del “Venao” Castillo”.

Los Disipclistas

“Otra más. Estaba un grupo de ciclistas de la selección al lado de nuestra habitación, donde estábamos con Penfold, Carrero y creo que Ferraguti también, y ellos nos decían que eran de la selección, pero yo le decía  Nelson que “esos no son de la selección, vele las barrigas y las piernas a esos tipos, esos no han practicado nada”, hasta que uno de ellos no aguantó y me dijo “Betancourt ven acá, nosotros somos Disip, nosotros venimos cuidándolos a ustedes, por una orden que nos dio el gobierno, nosotros veníamos protegiéndolos a ustedes, tu sabes, por el problema que hubo con la voladura del avión cubano, entonces por prevención el gobierno venezolano nos envió a nosotros a cuidarlos a ustedes, y les respondí “ah muy bien, y ¿porque no lo dijeron antes?, porque yo sabía que no eran ciclistas”.

Yo Oscar D’leon, Cheché el IND

“En cuanto a cómo era el ambiente en esos juegos, nos tocó una villa, que era una escuela inmensa, creo que era de alumnos internos en cuba, y ahí la pasamos de maravilla, porque había siempre eventos musicales y culturales, y siempre había intercambios de cosas y souvenires con todas las delegaciones, ahí había hermandad, y nunca hubo algún roce o problema, sino más bien unión con todas las demás selecciones de Centroamérica, y aparte también porque yo tenía mi reproductor y me ponía ahí a escuchar música de Oscar D’león, e imagínate, Oscar era un ídolo allá en Cuba”.

“No tengo recuerdos de alguna visita a la Casa presidencial, pero lo que sí me recuerdo es que Cheché siempre nos decía que en algún momento tenía que hablar con Fidel, porque él aspiraba a ser presidente del IND en Venezuela, ese era un sueño que tenía Cheché Vidal, y creo que fue él quien estuvo, a mí se me borró ese recuerdo”.

Antidoping cervecero

“Los recuerdos me vienen no muy claros, pero algunas cosas mejor que otras, como las anécdotas, y otra fue cuando le ganamos la semifinal a Cuba, yo salí sorteado para la prueba antidoping, y entonces me llevé al profesor Pepito Hernández, al médico y al delegado, y les dije “profes, acompáñenme porque no quiero que después vayan a querer decir que yo salí positivo, yo estoy tranquilito porque no me he metido nada de nada, tengo las condiciones físicas que nos dio la preparación del profesor Plasencia, y mis condiciones naturales, no tengo nada extraño en el cuerpo, y entonces ellos me acompañaron, y le dije al profesor Pepito “cómo hago para orinar, porque ahorita con lo que corrí y sudé no tengo nada en la vejiga, ¿qué puedo tomar?, me dijeron que cerveza, al antidoping fue Penfold también conmigo, creo que no jugó ese partido, pero me dice “Carlos yo no tomo”, y le dije “no importa, vamos a pedir una caja, y yo me las tomo por ti”, después que me tomé varias les dije, bueno, ya estoy listo, esperamos como dos horas hasta que oriné, seguimos esperando hasta que salió la respuesta negativa, y todos brincamos en una sola pata, porque todos sabíamos que de la final no nos iban a sacar y la íbamos a ganar”.

“Están listos, no nos van a ganar”

“Es más, cuando íbamos para el estadio a jugar el último partido, cuando coincidimos en un semáforo con la selección de México los dos autobuses, yo les vi la cara a esos tipos, ellos nos miraron y bajaron las cabezas, entonces les dije a mi grupo: “están listos muchachos, ya los tenemos listos, esos no nos van a ganar a nosotros y así fue, al final ganamos y nos trajimos nuestra medalla de oro”.