Alfarabí “Pin” Romero: Maritimista por los cuatro costados

*Rafael Lastra Veracierto

En la extinta cancha de El Pavero, en Macuto, se labró el sueño de Alfarabí José “Pin” Romero. Tenía 16 años cuando en una tarde de mucho sol y salitre lo viera Rafael Santana Fontes.

Sí, ese entrenador que todos llaman “Rafa” y que, como leyenda del Galicia FC, había sido goleador Vinotinto en la Copa América de Bolivia en 1967.

Al retornar de un paseo desde la ciudad vacacional de Los Caracas, Santana detuvo su vehículo entre el polvo, los vientos alisios y los árboles de uva de playa en la zona, para comprobar las referencias sobre los desplazamientos y la garra de aquel joven.

A Alfarabí, el fútbol no le era indiferente. Su progenitor, Martín Romero, de origen canario, jugó con el Catalonia FC, en el campeonato de primera división en 1957.

Desde sus primeros pasos en El Cardonal, parroquia La Guaira, destacó en torneos locales y de su liceo José María España. También lo hizo en el equipo de natación del Club Canarias de Macuto junto a su hermana Dalma.

Ese espíritu de juego colectivo lo llevó a sobresalir en la Copa Libertadores de América de 1991. En especial, en el partido de fase de grupos que Marítimo perdiera 0-2 con América de Cali en el estadio Orange Bowl de Miami (EEUU).

En el Marítimo de primera Distrital de 1986 figuraba Pin Romero, agachado con el balón y con 20 años

“Me tocó seguir con orden e inteligencia a Freddy Rincón, quien no me dijo una mala palabra durante el juego. Al final, intercambiamos las camisetas y me reconoció un marcaje limpio”, recordó Romero, de 57 años de edad.

Su trayectoria en el tetracampeón Marítimo de Venezuela comenzó en la temporada 1988, tras disputar varias ediciones del Torneo Ibérico con el equipo Bingo, que por la relación del propietario de ese club con Rafa Santana, era como una filial del Rojiverde.

En un entrenamiento matutino del primer equipo, el uruguayo Alfredo López, DT campeón con ULA Mérida (1983) y Mineros de Guayana (1989), se fijó en su espíritu de lucha para incorporarlo al plantel que ya marcaba la pauta en el país.

Su debut en el circuito rentado se produjo ante el pentacampeón Portuguesa FC, con victoria 3-2 en el estadio Brígido Iriarte de Caracas.

En el Marítimo que llenaba la tribuna techada del Olímpico, allí jugó Pin Romero, siempre sosteniendo el balón.

Un hogar, una familia

         De acuerdo con estadísticas recopiladas por Jesús García Regalado, cronista y estadístico del fútbol nacional, “Pin” Romero disputó 93 partidos oficiales en la primera división. De ellos, 69 fueron con la camiseta Rojiverde.

“Estar en el Marítimo de Venezuela fue lo mejor que me pasó en mi carrera profesional; ahí encontré una familia, un hogar y fui partícipe de tres de los cuatro títulos de liga. Durante nuestra década de protagonismo, el Táchira no pudo con nosotros”, aseguró.

En las canchas, compartió con valores Vinotinto de la talla de Daniel Nikolac (+), Herbert Márquez, Noel “Chita” San Vicente, José Ramón “Mon” López, Héctor Rivas, Nelson Carrero, José Manuel Rey, Pedro Febles (+) y Franco Rizzi.

También compartió con extranjeros que dejaron huella, como los uruguayos Juan Ramón Carrasco, Josemir Lujambio y Waldemar Victorino; el argentino Horacio Matuszyczk, así como los colombianos Nelson Gómez Ospina y Alfredo “El Pirata” Ferrer.

En 1995, cuando desapareció el Sport Marítimo de Venezuela, tras el descenso ordenado por la FIFA, se marchó a Estudiantes de Mérida, bajo el mando de Pedro Febles. Allí confrontó problemas para cobrar su sueldo mensual, por lo que optó por el Deportivo Italia, equipo en el que se lesionó la rodilla durante un entrenamiento.

Transcurrido un año de recuperación física y con la llegada de José Omar Pastoriza (+) a la selección Vinotinto de mayores, “Pin” Romero consiguió el premio a sus años de trabajo.

“Pero le dije al profe que le agradecía la oportunidad de tenerme en cuenta, que era un orgullo representar a mi país, pero que había decidido retirarme”, explicó.

Cualquier lector desprevenido imagina que el destino inmediato de un jugador de fútbol es permanecer vinculado a este deporte. Pero, en su caso, fue convertirse en organizador de eventos de música latina. Incluso, llegó a ser empresario de cantantes salseros.

“Fue un trabajo que me permitió mantener a la familia, pero era difícil, estresante y del que me aparté para mi mayor tranquilidad”, relató.

Volver a los orígenes

En 2008, regresó al fútbol, a través de la escuela de formación de su amigo Pedro Febles en la parroquia La Vega, en Caracas, donde se conectó con los sueños de muchos chicos.

“Chita San Vicente me aconsejó que estudiara, que leyera mucho, que hiciera cursos y talleres, que me capacitara en un mundo bien competitivo, porque no podía dirigir con la mentalidad de jugador”, reveló “Pin”, cuyo hijo mayor, Junior José, también es adiestrador de balompié.

Un año más tarde, fue contratado como entrenador de inferiores del Caracas FC y a los pocos meses, compartió en el banquillo con Ceferino Bencomo, al obtener el 11º título contra el Deportivo Táchira, tras vencerlo 4-1 en el estadio Pueblo Nuevo de San Cristóbal.

En 2017, Romero ascendió a la máxima categoría a la Academia Puerto Cabello. Un año después estuvo en la Universidad Central de Venezuela. Entre 2020 y 2021, recibió la oportunidad de dirigir al Zamora: primero como asistente de José Manuel Rey y seguidamente, bajo su responsabilidad táctica.

A principios de 2023, se enroló en un nuevo proyecto deportivo, que le rememora los años dorados de su carrera: el Club Sport Marítimo de La Guaira en la Liga Futve 2.

“Me llenó de orgullo que confiaran en mí y vamos sin complejos a llevar de nuevo al Marítimo a la primera división”, afirmó.

Por lo pronto, en el torneo Apertura 2023, el equipo Rojiverde alcanzó las semifinales para mantener intacta la ilusión de retornar a los días de gloria del histórico tetracampeón.

*Periodista y colaborador de Venezuela Fútbol Historia