Rufino Gomes: No pudimos salvar al Deportivo Portugués, pero le dimos vida al Club Sport Marítimo de Venezuela

Ricardo Cabrera

No existe la menor duda de que la llegada del Club Sport Marítimo de Venezuela al escenario del fútbol rentado nacional, no fue un trabajo de una sola persona, sino de un grupo de amantes de este deporte, que  cuando desapareció el Deportivo Portugués quisieron tener en nuestro territorio un club representativo de la historia, los colores y la popularidad que siempre ha tenido el club de la isla de Madeira, el que está en estos días cumpliendo 115 años de existencia.

Entre todos estos que hicieron posible que Marítimo llegara a la segunda división, está Rufino Gomes, quien nos da su versión de la historia y hace énfasis en el hecho de que aunque no pudieron salvar al Deportivo Portugués, le dieron vida al club que dejó huella en el balompié nacional.

 “Llegué a Venezuela en el año sesenta y siete con trece años, y por supuesto que me gustaba el fútbol desde niño, iba al fútbol allá en la isla, y cuando llegué aquí a Venezuela tenía 13 años, con quince me quedé prácticamente solo en el país porque mi papá se había ido, me tocó seguir adelante, pero no olvidé mi afición por el fútbol, e iba a ver los partidos del profesional en donde jugaba el Deportivo Portugués”.

“Como jugador estuve un par de años tal vez cuando joven, lo que pasa es que dejé el fútbol como jugador para dedicarme a la música, estuve un año con la guitarra y después fui baterista, dejé de jugar, pero no dejé de ver fútbol, siempre iba a ver los partidos de local del deportivo Portugués sin fallar un partido, por lo menos de local en Caracas, pero nunca fui dirigente del fútbol amateur, si del fútbol profesional”.

Recuerda el dirigente que “en el año 69 fui al Estadio Olímpico para presenciar un partido entre las selecciones de Brasil y Venezuela, y me causó una ingrata impresión lo que estaba viendo, no entendía cómo yo, con apenas tres años en el país, estaba apoyando a la selección de Venezuela, mientras que la gran mayoría de los venezolanos que estaban en el estadio apoyaban a Brasil”.

“Entendía que Brasil traía a sus mejores jugadores, sus estrellas como Pelé, Tostao, Jairzinho o Rivelino, por citar solo algunos, pero no me gustó para nada lo que veía, eso a mí me impresionó muchísimo, y por esos días y a medida que iban pasando los años, me fui involucrando con el fútbol venezolano, claro, sin olvidar las raíces, iba todo el tiempo al estadio a ver jugar al Deportivo Portugués”.

Recuerda Rufino que “en una de esas visitas al Olímpico, un poco ya más grandecito, me enteré que el Deportivo Portugués estaba por desaparecer, eso fue, si la memoria no me falla, en el año ochenta y cuatro, y pensé que algo había que hacer, por lo que nos juntamos para tratar de evitar que esto pasara, tres amigos: Antonio Ferreira, el dueño de Automecánica Los Gallos en Bello Monte, Luís Manuel Ferreira, del Automercado Santa Rosa de Lima, Ángelo Rodrígues Pombo, que hoy en día está en Barcelona, y mi persona, no me acuerdo si había alguien más involucrado en ese inicio”.

Señala que ellos cuatro eran los que se reunían en un principio buscando alguna manera de apoyar al Deportivo Portugués para evitar su desaparición del escenario del fútbol profesional venezolano.

“Nos reuníamos para tratar de sacar adelante al Deportivo Portugués, y teníamos la colaboración de una persona que nos iba a apoyar con publicidad, que nos había conseguido algunos clientes, el conocido hombre de radio y televisión Omar Alí Agüero, mejor conocido como el “Tury” Agüero, quien en ese momento trabajaba con el Canal 8, me parece”.

Siguiendo en su relato añade Rufino que “nosotros empezamos por ahí y fuimos para el Restaurante El Crack en la Avenida Andrés Bello, que era del presidente del Portugués en ese momento, que se llamaba Rufino Ferreira, pero no tiene nada que ver conmigo, lo fuimos a abordar para proponerle que nos entregara el equipo para rescatarlo y que siguiera compitiendo en el fútbol profesional, y resulta que ese señor nos pidió 300 mil bolívares para entregarnos el equipo”.

Aún algo molesto al recordar esa situación, acota el informante que “nosotros le dijimos: ‘mira ¿cómo vamos a entregarte a ti 300 mil bolívares si tú le debes a los jugadores?, ¿cómo va a ser que tú vayas a pedir esa cantidad para ti si nosotros debemos conseguir esa cantidad o más para pagar las deudas que tú tienes con el equipo? El dinero no es para dártelo a ti”. A todo eso respondió que no iba a darnos el equipo, y prefirió dejarlo desaparecer, como en efecto ocurrió”.

Continuando su relato, menciona Rufino Gomes que “nosotros no queríamos perder el esfuerzo que estábamos haciendo, no queríamos quedarnos en el aire y dejar sin equipo a toda la gran afición portuguesa de Caracas y el país, por lo que propuse sacar al Portugués Fútbol Club, y comencé contactando a una tipografía para imprimir la papelería que usaríamos con logotipo y colores, para motivar a la afición”.

Pero las noticias corren como pólvora….

“Entonces me llamó un abogado amenazándome con demandarme por usar ese nombre y los colores, y como yo era joven y no sabía, no me asesoré debidamente, y además de que no quería meterme en problemas de tribunales, dejé todo hasta ahí, lo dejé de ese tamaño”.

Pero luego de esta situación tan penosa para Rufino, le llegó otra oportunidad, ahora con el Marítimo.

“La semana siguiente fuimos para el Madeira Country el Club a una fiesta que había organizado el equipo Atlántico, y ahí encontramos a todos los portugueses que iban a esas fiestas, como Mario Pereira y José Luís Ferreira, que estaban apoyando al Club Sport Marítimo que militaba en el fútbol amateur”.

Continúa señalando que “conversábamos sobre lo que me había ocurrido con el Deportivo Portugués, y me dijeron que por lo que se veía el Marítimo también estaba a punto de desaparecer porque ellos dos querían tirar la toalla, estaban cansados de eso porque tenían muchos años sosteniendo al equipo, y hubo alguien que dijo “bueno, y ¿porqué no sacamos en el fútbol profesional al Marítimo en lugar del Deportivo Portugués, y así empezó todo porque nos gustó la idea”.

“Al día siguiente, el lunes, acudimos a una reunión en Colinas de Bello Monte , al lado de las oficinas de Frank Dinís, en el Restaurante “Delicias del Mar” que era de un socio y de él, y los que participamos en la reunión decidimos sacar adelante al Marítimo y elegimos como presidente a Mario Pereira, para participar en el siguiente torneo de la segunda división con el nombre de Club Sport Marítimo de Venezuela”.

De allí en adelante todo caminó rápidamente como lo sigue explicando Rufino Gomes:

En los dos días siguientes Mario Pereira se reunió con Rafa Santana y le explicó lo que estábamos haciendo para entrar en el fútbol profesional con el Marítimo en lugar del Deportivo Portugués, y para que se pusiera a trabajar buscando jugadores y estructurando el equipo. Yo me fui para la sede de la Liga a conversar con Luis Mouciños para inscribir al equipo en el próximo torneo de la segunda división, con cuatro mil bolívares de mi bolsillo que seguramente después me pagaron, no recuerdo, pero por la premura de todo debimos hacerlo así, ya que fue de un día para otro que inscribimos al equipo”.

Recuerda también el informante que a la semana siguiente fueron a jugar a la Casa Portuguesa de Maracay, “Rafa consiguió unos jugadores, Mario consiguió otros, y eran pocos jugadores, pero ese fue el primer partido del Club Sport Marítimo de Venezuela en el fútbol rentado venezolano”.

Antes de su incursión como fundador y directivo del Club Sport Marítimo de Venezuela, Rufino no había estado involucrado en la dirigencia deportiva.

“El Deportivo Portugués era el equipo que nos representaba a nosotros los de la colonia portuguesa, en el fútbol nacional, y por supuesto que íbamos para el estadio y disfrutábamos de sus partidos, fue un grandioso equipo y nosotros en los últimos años de este equipo nos involucramos, no en la junta directiva, sino como una comisión de apoyo para conseguir cualquier cosa que fuera necesarios para poder recaudar fondos que ayudaran a que el equipo siguiera, y eso fue lo que nosotros hicimos, de allí partió la iniciativa de nosotros seguir con el Deportivo Portugués cuando este señor no quiso al equipo, dijo que no podía seguir con el Deportivo Portugués, pero no entregaba al club, y desapareció por el egoísmo de ese señor, no se puede decir otra cosa porque así fue, duró hasta el año 84 que fue cuando desapareció y vino el Marítimo a debutar en la segunda división”.

Después de su salida de la directiva del Marítimo, recuerda Rufino que estuvo apoyando a Nicola Famiglietti en la Liga.

“En la Liga de Fútbol profesional yo estuve con Nicola Famiglietti, me llamó para que trabajara con él y yo acepté, por cierto que en esa época Laureano González era el jefe civil de la Parroquia El Recreo y fue quien me casó. Fui para la Liga porque ya no estaba con el Marítimo, y ayudé en lo que pude allí, y también en el primer año de Laureano en la Liga fui jefe de delegados, el que los enviaba a los partidos del fútbol profesional, me gustó mucho, por supuesto”.

También hace énfasis en que “en el año de la desaparición del Marítimo también terminó mi contacto con la Liga. como veía que había muchas discusiones, que me consta a mí que el Marítimo hizo todos los esfuerzos posibles por seguir compitiendo”.

Dice con mucha rabia que “el Marítimo ganó su derecho a jugar el play-off de la Liga, pero había el problema de la cancha del Estadio Olímpico que la iban a arreglar, y entonces no teníamos cancha, por lo que Marítimo se fue a jugar para el Estadio “Guido Blanco” de Guatire, y según la Liga ese estadio no tenía la capacidad adecuada en las tribunas. Entonces la Junta Directiva del Marítimo adquirió unas gradas portátiles para completar la capacidad que pedían las autoridades de la Liga, pero igual no lo aceptaron”.

Así fue la despedida de Rufino Gomes de la Liga:

“En las reuniones de la Liga de Fútbol Profesional cuando se trataban asuntos del Club Sport Marítimo de Venezuela yo no asistía por mi manera de ser, y no quería decir si o no, simplemente no estaba presente en ese momento, y por supuesto que mi carrera en la Liga de Fútbol Profesional terminó cuando sacaron de esa manera al Marítimo, no aparecí más en la Liga aunque me llamaron cincuenta mil veces como para que yo fuera a renunciar, pero no fui ni siquiera a renunciar, así de simple, no quise saber nada de eso porque vi que no era algo serio pues,  y no era serio, porque la amistad que existía entre el presidente del Lara, que fue el equipo al que metieron por Marítimo, y Laureano González, era demasiado evidente. No fue lo que Marítimo merecía, porque fue uno de los equipos que llevaba gente a todas partes de Venezuela, no solamente en Caracas, sino en cualquier cancha del país, cuando iba a jugar el Marítimo todo el mundo quería ir a ver el partido”.

Ya casi para finalizar hace esta acotación:

“Estuve en el Comité de Selecciones de la Federación Venezolana de Fútbol, cuando era el jefe del Comité Luis Mouciños, estuve un tiempo ahí y me gustó, era el representante de la Liga en la Federación en ese caso, porque acuérdense que los jugadores los tenía la Liga, y era como quien dice el intermediario con la Federación para cualquier asunto de los jugadores. Ese fue mi último contacto con el fútbol profesional venezolano”.