El fútbol siempre ha sido parte importante de mi vida

 Juan Carlos Espidel (*)
Mi inicio en el fútbol fue a muy corta edad, y se debió a la conjugación de dos factores; el primero fue académico, mientras que el segundo fue familiar.
Estudiar en una escuela católica, donde el principal deporte era el fútbol, definitivamente reduciría el número de opciones de cualquier estudiante que se estuviese formando en dicha casa de estudios y que pretendiese realizar actividades extracurriculares. Tener 3 hermanos mayores que jugasen al fútbol representando esa misma institución, era la ratificación de que todo me llevaría a tomar una misma decisión.
Fue así como acabé jugando fútbol en el COLEGIO SAN AGUSTÍN del Paraíso. En esos tiempos, no era común ver el fútbol como una disciplina en la cual hacer carrera profesional, ni mucho menos una fuente de ingresos laboral, así que desde un principio todo se trataba de un sano esparcimiento y disfrute de la actividad; en el argot deportivo, futbolista aficionado.
Disfrute éste que duró más de 20 años, período suficiente para marcarme como persona y, a través de todas las relaciones que desarrollé, dejarme un activo humano invaluable. La marca más notable, fue la de potenciar mi espíritu de lucha, lo que era más que notable durante todos los minutos en que participaba en cada juego.
En cuanto al activo humano, gracias a haber jugado para el colegio y también en muchos otros equipos y torneos no colegiales, gané innumerables amigos, algunos compañeros de equipo, otros rivales, y otros tantos aficionados que seguían los partidos.
En paralelo, culminé mis estudios de bachiller en el mismo colegio donde inicié el preescolar y el cual representé como jugador de futbol en todas las categorías, ya luego vendría la etapa universitaria y compartiría vestir la camiseta, en la 1era Categoría, entre la Universidad Simón Bolívar (USB) y el Colegio San Agustín.
Al finalizar la Universidad e iniciar mi carrera profesional, los hábitos como jugador de fútbol no dejaron de acompañarme y, sin que muchas veces lo notase e igual como sucedió durante mi vida estudiantil, constituyeron un pilar fundamental de muchas batallas ganadas en el terreno laboral. Esta etapa, estuvo y sigue estando repleta de anécdotas positivas, ya que son incontables las veces en que me ha tocado cruzarme con ex compañeros de equipo o rivales que, solo por el hecho de haber jugado en un mismo equipo o incluso en contra, facilita cualquier operación de trabajo que tengamos previsto llevar a cabo.
Y que decir sobre un reciente capitulo en mi vida, enmarcado en mi propia salud, y que por circunstancias que solo Dios conoce, me ha llevado a librar una batalla que ya cuenta 10 años; y que sin duda alguna, la manera de encarar dicha lucha no sería la misma si no hubiese tenido la oportunidad de labrarme como futbolista.
Por último, quiero decir que nunca estuve relacionado con el futbol profesional y mucho menos con la política detrás de dicha disciplina deportiva, por lo que es poco lo que puedo aportar u opinar en ese sentido.
Este escrito esta más bien dirigido a todas aquellas personas conocedoras del fútbol, que saben el esfuerzo y disciplina que requiere para mantenerse más de 20 años como aficionado a ese deporte, y que al leer estas líneas se sientan identificados con lo aquí expuesto.
De manera que cierro dejando el siguiente mensaje: en mi opinión el fútbol, al igual que otras disciplinas deportivas, contribuye enormemente a que la sociedad cuente con hombres y mujeres con un incansable espíritu de lucha, y con el deseo de construir un mundo mejor.
Madrid, 23 de Octubre de 2025
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(*) Juan Carlos Espidel es ingeniero Mecánico egresado de la Universidad Simón Bolívar en 1.992, MBA IESA (1999), Gerencia Hotelera ISAL (2006), Portugal, con más de 30 años de experiencia en el área comercial. Experto en el área de Marketing, Ventas, Trading e Importaciones, con 16 años de experiencia en Comercio Exterior.