Cheché Vidal: un rebelde con causa,

 

Una trayectoria que hay que recordar

Hoy en día Juan José “Cheché” Vidal tal vez sea un desconocido para la gran mayoría de los jóvenes o el público en general, pero aquellos más relacionados con el fútbol venezolano lo recordamos como un rebelde que no aceptó todas esas estigmatizaciones y poca valoración que se le daba al fútbol y al futbolista venezolano, y por no aceptarlo se fue dos veces del país, labrando su futuro afuera, pero siempre queriendo volver a darle a nuestro fútbol todo en procura de su crecimiento.

Juan José Vidal Noya, mejor conocido como Cheché Vidal, nació el 29 de mayo de 1.959, se formó en el Colegio San Ignacio de Loyola, en Chacao, luego pasó por las juveniles del Deportivo Galicia, y el célebre Madeirense de los dueños de aquella cadena de automercados, Central Madeirense.

 

 

Su debut como futbolista profesional fue con Estudiantes de Mérida, reforzando al equipo Rojiblanco en un torneo internacional de las Ferias del Sol, en 1.977, y en el 78 decidió fichar con el Deportivo Italia.

Desde sus inicios en este deporte se caracterizó por ser un defensor fuerte y aguerrido pero muy técnico, y por lo que mostró en el balompié rentado, rápidamente fue llamado a la selección de Venezuela de mayores, con solo 18 años, a finales de la década de los 70, participó en la competencia futbolística de los Juegos Centroamericanos y del Caribe en Medellín, donde Venezuela obtuvo medalla de plata. En 1.979 es elegido futbolista del año en Venezuela, además en el 79 fue parte de la selección que jugó la Copa América.

Era en ese momento un jugador con un futuro inmenso en el rentado, y tenía ofertas tanto del país como del exterior, ya que por sus apariciones con la selección de Venezuela, ya lo conocían fuera del país.

 

 

Rebelde con causa

Pero, como siempre lo ha demostrado, Cheché no se conformaba solo con ser un jugador profesional, sino que veía mucho más allá, y por eso decidió quedarse en el país para poder complementar su faceta como jugador con sus estudios universitarios.

Al terminar la temporada se sentó con los directivos del Deportivo Italia para negociar su próxima temporada, la renovación de su contrato, y según él mismo cuenta, en aquella época no había agentes o empresarios que negociaran en representación de los jugadores, con los dueños o directivos de los equipos, cada jugador lo hacía solo, a pesar de lo joven e inexperto que pudieran ser, y muchas veces los directivos se aprovechaban de esto.

Cheché sabía que por todo lo hecho en la temporada anterior merecía un mejor sueldo, un aumento, y en base a esto antes de conversar planificó su estrategia en establecer un piso en lo que ganaban los extranjeros de la época en su equipo, ya que había hablado con ellos y se asombraban de lo poco que les pagaban a los jugadores venezolanos, por lo que le decían a Cheché que lo mínimo que él debería ganar era lo mismo que ganaban ellos.

 

Esto le dio confianza para ir asentarse en una mesa de negociaciones con el presidente del equipo en ese momento.

 

“Me fui a la reunión con el presidente del club, convencido de que mi trabajo valía mucho más de lo que me pagaban, apenas me estaba sentado en la silla frente al presidente en su oficina, éste me preguntó “¿cuáles son tus aspiraciones Cheché?”, “quisiera que me pagara lo que le pagan a un jugador extranjero”, alcancé a contestarle, el presidente del club soltó una sonrisa y quizás sin querer ser despectivo, me dijo “en Venezuela nunca se le pagará a un jugador venezolano lo que se le paga a un extranjero”.

Sigue relatando el jugador que “aquella respuesta me dejó ensordecido, y hasta el día de hoy produce ruido en mi cabeza, mi inocencia de adolescente no me dejaba creer que en el país de uno, uno no valiera lo que valía un jugador extranjero, especialmente para uno que había crecido escuchando historias de futbolistas venezolanos, como lo fue mi padre, y muchos de mis héroes futbolistas que vi jugar cuando era niño”.

A pesar de los años transcurridos, Cheché recuerda todo como si fuera ayer…

“Guardé silencio para ordenar mis ideas, lo que pensaba y lo que sentía en ese momento, quería responderle con algo de cordura, pero también sabía que con esa postura no había espacio para negociar algo digno para mí. Me paré de la silla y le dije al presidente, “entonces me iré a otro país para que me paguen como extranjero, ya que por lo que usted dice, esa es la única manera de que me paguen lo que merezco como venezolano”.

 

Tiempo de reflexionar

 

Esto que le sucedió hizo que a pesar de su juventud y su supuesta inmadurez, Juan José Vidal reflexionara seriamente sobre su futuro, y tomara la decisión que lo marcó para el resto de su vida.

“Aquel momento hizo que abriera mis ojos a una realidad sobre el fútbol de mi país que ya no podía seguir ignorando, y que quería cambiar. Sentí que seguir jugando así, sin hacer algo por mejorar aquella situación, solo ratificaba y validaba esa indigna y mezquina visión que tenían sobre el futbolista venezolano los dueños de equipos, como algo aceptable para mí y para el resto de los futbolistas venezolanos”.

Continúa señalando que “inspirado quizá por el lema de “fórmate y lucha” del movimiento de la Universidad Simón Bolívar, donde también estudiaba en esos años, decidí que el camino para poder seguir mi carrera como futbolista tenía que incluir de alguna manera la educación, para así poder luchar y mejorar esta profesión en mi país. Así que decidí aceptar la única oferta que para ese entonces me permitía estudiar mientras jugaba, y era el para muchos desconocido fútbol universitario de los Estados Unidos.

 

A cumplir su meta en USA

 

Ha muchas historias sobre este primer autoexilio de Cheché a las tierras del Tío Sam, como el hecho e que ya su mamá no le creía cuando le decía que se iba, porque llegaban ofertas y el jugador las ignoraba. Pero cuando le dijo que se iba a los Estados Unidos y tampoco le creyeron, tuvo que mostrarle a su progenitora los pasajes para que viera que esta vez si era cierto.

O esa otra anécdota, sobre el desaparecido y gran amigo Pedro Febles, quien fue uno de los que motivaron a Cheché a escoger esa opción de USA, pero a Febles no le resultó y se devolvió al país, mientras que Vidal labró su futuro allá.

Sobre su viaje manifiesta que “escoger esta ruta significó también sacrificar las aspiraciones deportivas que para ese momento estaban a mi alcance, ya había sido internacional varias veces y en todas las categorías de la hoy llamada Vinotinto, pero definitivamente ese paso de irme a USA significó la renuncia a la selección profesional, y a partir de ese momento solo acepté el llamado de la selección olímpica de Venezuela”.

 

Suma logros deportivos y académicos

En estados Unidos sobresalía y siempre se mantenía entre los mejores, en 1980, después de participar en los Juegos Olímpicos de Moscú, donde además sería co-capitán, es nominado para ser atleta del año en Venezuela.

Ya antes de cumplirlos 23 años sumaba todo esto y podían venir muchos más logros, siendo elegido en 1.981 como jugador “All Américan” del fútbol universitario estadounidense, en el año 1.982 participaría con la selección de Venezuela en el fútbol de los Juegos Centroamericanos y del Caribe de La Habana, Cuba, donde Venezuela lograría la medalla de oro.

En 1.983 es nuevamente elegido “All Américan” del fútbol universitario de los Estados Unidos y además es nominado al premio de “jugador del año en el fútbol universitario. Todo esto lo logra mientras estudia ingeniería mecánica en la Universidad de Boston, Massachusets, en la que se graduó en el año 1983, y sacó una Maestría en Educación del Movimiento Humano y Tecnología aplicado al deporte, en 1.984.

 

Volver a más de lo mismo

 

Ya graduado, después de una carrera exitosa en el fútbol universitario de los Estados Unidos, Cheché Vidal tomó otra decisión importante, la de volver a su Venezuela querida y retomar su Carrera como futbolista profesional.

“Para ese momento venía recuperándome de una infortunada lesión que dificultó mis oportunidades de seguir carrera en Europa, sin embargo el reto de comenzar un nuevo capítulo como futbolista profesional en mi país, me atraía mucho, pues ya con una experiencia y educación, sentía que podía ayudar al fútbol de mi país, así que acepté la oferta de mi antiguo y único equipo profesional en Venezuela, el Deportivo Italia, y me vine de vuelta al país”.

Ya con méritos y trayectoria, podía sentarse en una mesa y negociar con los dueños algo mejor para él y para el equipo.

“Entre las condiciones que puse, además de un pago digno, pedí jugar con la mayor cantidad de jugadores venezolanos posibles, reforzado con jugadores extranjeros de excelente calidad”.

La temporada comenzó y aquel Deportivo Italia logró un historial de victorias y empates que lo mantuvo invicto y luchando por el campeonato. Sin embargo aquel recorrido victorioso del equipo en la cancha, no era correspondido fuera de ella, y ya a mediados de temporada el club le debía a los jugadores varios meses de sueldos y sus premios correspondientes.

“Pasaron los meses y llegamos en el primer lugar a la etapa crucial del campeonato, una especie de playoff final, ante la poca atención que los directivos le daban a nuestras peticiones formales de pago, y también por el hecho de que en ese momento no había ninguna organización que nos pudiera ayudar a reclamar nuestros pagos, tomé la decisión personal de informar a la prensa lo que sucedía, a fin de presionar para que nos pagaran”.

Continúa su relato señalando que “apenas salió la noticia en la prensa, para mi sorpresa el entrenador me llamó a una reunión en el camerino, como si los culpables de esa situación fuésemos nosotros los jugadores, allí nos pidió que dijera quien había dado la información a la prensa, una vez aclarado que había sido yo a título personal, el entrenador pasó a darnos una explicación de cómo es que el jugador de fútbol en Venezuela tenía que estar por encima de todos esos acontecimientos, pero no como si nosotros estuviésemos haciendo algo importante a pesar de las circunstancias, no, era más como justificando la situación y alegando que los directivos hacían lo que podían, y así era el fútbol venezolano”.

 

 

Retiro definitivo                                 

 

Esa reunión hizo que el jugador se diera cuenta que las cosas seguían iguales en el fútbol rentado venezolano, y decidió que así no podía continuar jugando en el país.

“Al salir de la reunión se dio por terminado el entrenamiento, y uno de los jugadores, amigo y hermano de vida, me agarró y me dijo “che, no puedes ponerle esa presión a los directivos, ¿no te das cuenta que aquí nos pagan casi que por caridad?”, y le contesté de inmediato “tu puede que juegues por caridad de los directivos, pero yo no, yo soy un jugador de fútbol profesional, y no juego aquí por caridad de ningún directivo, estamos de primeros en la Liga Profesional de Fútbol, no en la Liga Amateur, y no acepto que nos traten de esa manera”.

Recuerda Cheché que “en la siguiente jornada despedíamos a uno de nuestros compañeros, otro gran amigo y hermano, quien se iba a jugar en el exterior, justo antes de que el árbitro diera comienzo al partido, me le acerqué y le dije “este partido es tu despedida y la mía, ya no jugaré más al fútbol en estas condiciones”, así me retiré por segunda vez, y en esta ocasión de manera definitiva, del fútbol profesional venezolano”.

Haciendo memoria recuerda el entrevistado que “nunca me pagaron lo que me quedaron debiendo por aquella última temporada de mi carrera en Venezuela, pero aquella despedida quedó plasmada en una entrevista que me hiciera el gran periodista Cristóbal Guerra, que a página entera salió con el título de “Al fútbol criollo deberían dejarlo morir para que vuelva a nacer como una empresa”, esa frase todavía se escucha resonando por los pasillos de los estadios de fútbol profesional del país, mucho más de treinta años después de haber sido pronunciada”.

 

 

Logros y méritos afuera

 

A partir de ese momento Cheché Vidal se radicó en el exterior, pero comenzó una carrera vinculada al deporte internacional a otra escala profesional, y eso le permitió seguir muy de cerca la realidad del fútbol venezolano y de sus compañeros del balón.

Con el tiempo, a finales de los ochentas, cuando la mayoría de sus compañeros pasaban al retiro, retornó a Venezuela, y junto a un grupo de jugadores de varias generaciones, une esfuerzos para fundar la actual Asociación Única de Futbolistas Profesionales de Venezuela, un poco antes de esto había comenzado su carrera, en 1.985, en el prestigioso Center for the Study of Sport in Society, o Centro para el Estudio del Deporte en Sociedad, de Northeastern University en Boston, Massachusets, Estados Unidos, como Director de Investigación y Tecnología.

En este instituto, especializado en investigar el impacto del deporte en la sociedad norteamericana, Cheché participó en investigaciones y eventos de gran impacto en Estados Unidos, tales como la segregación racial en el deporte profesional norteamericano, la explotación de los atletas por las universidades, y la adaptación de los atletas a la vida comunitaria, después de sus carreras como profesionales del deporte.

En 1.988 funda Platinum, una compañía pionera en la aplicación de mercadotecnia deportiva en Venezuela, y la crea en asociación con el medallista olímpico Rafael Vidal.

En 1.989 es contratado por el entonces recién nacido Comité Organizador del Mundial de Fútbol USA’94, de hecho fue su empleado número 4, pero allí a fuerza de trabajo y creativiad asciende hasta figurar como vicepresidente de Tecnología, y miembro el Comité de Gerencia de los Juegos, cargos en los que además de trabajar en la organización de la competencia en sí, Cheché fue el encargado de idear, planificar y gerenciar todas las funciones de telecomunicaciones, tecnología de información y electrónica del Mundial, manejando un presupuesto de más de 50 millones de dólares en esa época, y a más de 2 mil empleados y voluntarios.

“Cheché” Vidal tuvo la futurística visión de implementar la primera red de multimedia interactiva en un evento, que se convirtió en la histórica primera aplicación oficial del internet. Su obra en este campo ha sido reconocida mundialmente, obteniendo varios galardones internacionales en los años noventa.

Una vez finalizado el Mundial, Cheché Vidal fundó “En Línea”, una empresa pionera en la industria de la internet, desde la que concibió y desarrolló “FIFA.com”, el histórico primer portal oficial de la Federación Internacional de Fútbol Asociado en el mundo, y un portal que hoy en día vale millones y millones.

A través de su empresa “En Línea”, Cheché Vidal continuó desarrollando productos y sirviendo a los principales clientes del deporte mundial por más de 15 años, tales como FIFA, Conmebol, Concacaf, la Confederación Africana de Fútbol, la Federación Norteamericana de Fútbol, varios clubes de gran renombre internacional y otras más en el mundo, además de participar en la organización de grandes eventos deportivos internacionales, entre los que destacan los Juegos Olímpicos de Atlante’96, los Mundiales de Francia’98 y Korea-Japón’2002, además del Mundial Juvenil de Argentina’2001, el Mundial de Rugby de 1.999, y la Eurocopa de Naciones de 1.996.

En el año 2004 Juan José Vidal adquirió la totalidad de las acciones de la empresa “En Línea”, y se mudó a Miami, Florida, para así estar más cerca de su país natal, Venezuela.

Desde ese año desarrolla una innovadora plataforma destinada a digitalizar y a asistir al deporte en todos los niveles, bajo la tecnología Web 2.0.

Durante todo este tiempo, como futbolista activo y también luego de retirado como jugador de fútbol, “Cheché” Vidal participaría en luchas sociales desde el deporte, colaborando con movimientos tan importantes como la lucha contra la segregación racial en Sudáfrica a través de la organización Sport Again Apharteid, su labor como miembro del Comité de Asistencia de las Minorías de la Federación de Fútbol de los Estados Unidos los años 93 y 94, además de su membresía como dirigente hispano en la Asociación de entrenadores afroamericanos de Norteamérica.

También estuvo en la fundación de Fútbol Mejor, una organización social sin fines de lucro destinada a crear programas de mejoramiento para la gente del fútbol en nuestro país. También hay que recordar que se candidateó para presidir la Federación Venezolana de Fútbol en el año 2004, aunque como ya todos saben, perdió ante el intocable por aquellos años, Rafael Esquivel.

En el año 2007 Cheché unió sus esfuerzos empresariales a los de las prestigiosas empresas españolas Grupo Santa Mónica y la Agencia de Comunicaciones Beyond, para constituir “Beyond En Línea”. A finales de ese año también funda la Asociación de Atletas Olímpicos de Venezuela, junto a un destacado grupo de personalidades y exatletas de nuestro país.

En el año 2009 creó la Fundación Competición Limpia, Fundacolim, una organización sin fines de lucro, dedicada a la implementación de su última creación: el programa para la competición limpia, una innovadora propuesta para el mejoramiento del deporte, y por ende, de nuestra sociedad, basado en el uso innovador de la tecnología, y el rescate de los valores pedagógicos del deporte.

Su reconocida trayectoria y visión en la industria deportiva y tecnológica es reconocida mundialmente, y así ha sido invitado como conferencista en la Feria Mundial de Fútbol o la Fútbol Expo de Singapur en 1.999, el Simposio Sudamericano de Marketing Deportivo de Guayaquil, Ecuador, en 2002, el Foro Mundial de Barcelona en el 2004, la Soccer Expo de Cannes, Francia, y el Fútbol Sport Marketing del año 2008 en Frankfurt, Alemania.

 

Ahora es cuando

 

Los que tuvimos la dicha de conocerlo desde sus inicios y seguir su ascendente trayectoria, vemos aún a Juan José Vidal Noya como un joven con una meta y convencimiento, que va creciendo en conjunto con sus ideales, que llega a donde llega porque más allá de conformarse con esos límites que le imponen, decide luchar por un mejor futuro en el que esos límites no existan.

En este sentido “Cheché” Sacrifica muchas cosas, pero logra muchas otras, siempre mirando hacia las posibilidades que nos da el mañana.

Logró que no solo fuera el jugador el que se comprometiera con el club, sino también el club con el jugador, logró fundar las bases para que muchos jóvenes venezolanos hoy en día pudieran soñar con dedicarse al fútbol, no todo es perfecto, pero no conformarse con eso y siempre creer que se puede mejorar, es el primer paso hacia un mejor futuro.

Hay mucho, muchísimo más que decir y escribir sobre Juan José Vidal Noya, un luchador incomprendido por la dignificación del fútbol y el futbolista venezolano, sobretodo lo que ha hecho en estos últimos años, y lo mucho que puede aportarle a nuestro balompié, pero eso lo dejaremos para una segunda entrega, si el protagonista de todo esto así lo desea.

Ricardo Cabrera

Venezuela Futbol