Mauro Cichero: uno de los olímpicos del fútbol vinotinto

CARACAS – En nuestro país hay muchos apellidos vinculados al mundo de los deportes que solo al nombrarlo te vienen a la mente sus gestas.

En el mundo del fútbol venezolano tenemos el caso de las familias Tortoledo ó Páez que tantas noches mágicas nos regalaron.

Mauro Cichero defendiendo la camiseta de la selección. Foto: El Mundo – Archivo Eliézer Pérez.

Hay otras familias que han dado tantos goles y triunfos a nuestra selección, estamos hablando de los Cichero, muchos recordaron el gol de Gabriel en la Copa América del 2011 que nos sirvió para eliminar a Chile y clasificar por primera vez a las semifinales del torneo continental. Pero, tal vez, algunos no saben que antes de los hermanos Alejandro y Gabriel hubo otro Cichero che se enfundó la elástica de nuestra selección nacional, fue su Padre Mauro que fue protagonista en la única presencia venezolana en el torneo de fútbol olímpico. Lo contactamos para que nos hablara de su transitar en el mundo del fútbol.

Mauro Cichero nace en la ciudad italiana de Génova el 16 de septiembre de 1951. Cichero vive sus primeros 14 años en la localidad de la Liguria y después emigra para Venezuela junto a sus Padres, su Padre el Sr. Riccardo fue un promotor del fútbol femenino en el Centro Italiano Venezolano de Caracas en los años 70-80.

Ya en la tierra de Bolívar, Mauro comienza su andar en el mundo del fútbol criollo, nos habló de como era el estilo de juego en esa época y quienes fueron sus entrenadores. “En esos tiempos el esquema usado era el 4-3-3. En ese momento nace la figura del libero. En mi etapa de Juvenil y Primera tuve para mi al mejor, el Profesor Celso de Oliveria (Q.E.P.D.). Él fue mi entrenador en el Colegio Claret. En el Centro Italiano Venezolano de Caracas hubo dos entrenadores que influyeron muchísimo en mi carrera ellos fueron Alterio Aniello, ex jugador del Napoli de la Seria A del calcio y El mulato Elio Rodriguez, de sublime surda, ex selección brasilera de fútbol (el Lobo Zagalo su suplente en la Canarinha), quién en sus años como jugador dejo de firmar también con el Napoli en Italia por temor a los aviones.”

Mauro Cichero, de entre los chutes más potentes en la historia del fútbol venezolano, en la Primera División defendió los colores de Deportivo Italia, Deportivo Canarias y ULA Mérida.

 

Mauro Cichero con la banda de capitán en juego con la selección. foto cortesía

 

“En mi época, la Liga Profesional Venezolana era muy fuerte y no era fácil jugar, ya que estaba llena de jugadores argentinos, brasileros, uruguayos  y algún paraguayo todos de un gran nivel de clase mundial”.

En la época cuando Mauro Cichero jugaba, Venezuela vivía una situación económica próspera, con un “Bolívar Fuerte de gran poder adquisitivo internacional (Bs. 4,30 x $)” lo que permitía contratar de lo más selecto de jugadores del fútbol suramericano de talla mundial.

“Todos los futbolistas extranjeros que venían a jugar a nuestro torneo eran de un gran nivel. Los más famosos jugaban en el Portuguesa Pentacampeón entre los que podemos encontrar a Jairsinho. Por ejemplo en el Anzoátegui estaba Nelinho y en la ULA Andrade, con él jugué dos años en Mérida. Andrade después jugaría con el Flamengo Campeón Intercontinental, con la selección brasilera de su país y con la Roma de Italia. Tenía 18 años y era un fenómeno en técnica y velocidad. Te puedo decir fue el único brasileño con el que jugué que no tomaba ningún licor: solo agua y leche.”

El Fútbol de colonias en Venezuela fue el inicio de la era profesional del fútbol venezolano. En la segunda mitad del siglo XX los principales clubes eran de origen europeo, sostenidos principalmente por las colonias de españoles, italianos y portugueses que se habían radicado en Venezuela después de la Segunda Guerra Mundial. Es así como nacen por iniciativa de estas comunidades los principales ganadores de la Primera División de Fútbol de Venezuela en esas décadas: el Deportivo Italia, el Unión Deportiva Canarias, el Deportivo Español, el Deportivo Galicia y el Deportivo Portugués. Mauro Cichero jugó estos denominados “clásicos” como protagonista.

“En Caracas, todos los partidos de Colonias eran unos clásicos: Canarias, Italia, Portugués y Galicia. Pero en Mérida había un clásico “criollo” que se vivía al máximo. Cuando se enfrentaban ULA vs Estudiantes. Este juego para mí era el mejor de la Liga: ya que el estadio siempre estaba full y en esa ciudad el fútbol era y es una pasión desde siempre.”

Cichero nos cuenta que junto a su amigo Alfredo Bufardi se fue a probar suerte con el Milan. “Fuimos a probar con ellos y de allí terminé jugando en el Grosseto de la Serie B (la Segunda División del torneo italiano) y Alfredo fue a parar a otro equipo de la B, creo que fue la Salernitana.”

Otra de las camisas que se enfundó en su carrera fue la de la selección venezolana. Con la elástica de la vinotinto participó en el preolímpico Colombia 1980 y posteriormente en los juegos olímpicos de Moscú.  El evento disputado en el país cafetero no contó con la participación de todos los países ya que Ecuador, Paraguay y Uruguay renunciaron al mismo. Por este motivo el torneo se disputó bajo el formato todos contra todos en un solo grupo.

Nuestra selección se mediría a Brasil (derrota 2-1), Colombia (victoria 1-0), Argentina (derrota 1-0), Bolivia (triunfo 5-1), Perú (derrota 2-0) y Chile (0-0). Ya eliminada, la selección nacional se despidió ocupando la cuarta casilla sobre los representantes de Brasil, Chile y Bolivia, sin duda este fue un éxito para nuestra vinotinto.

“De esa selección preolímpica el equipo que más jugadores aportó fue la ULA de Mérida. Y el juego que más recuerdo fue la victoria ante Colombia donde ganamos 1-0.”

Venezuela asiste por primera vez a unos juegos Olímpicos en fútbol, luego de tres intentos fallidos por clasificar. La adhesión de Argentina y Perú (primero y tercer clasificado en el preolímpico) al boicot propuesto por los Estados Unidos a la Unión Soviética permitió a nuestra selección ocupar la vacante de los gauchos.

“Participar en unos juegos olímpicos es una experiencia única, porque no solo está el torneo de futbol, reúne todos los deportes y conoces personas de diversos lugares del mundo. Es un espectáculo que no se puede olvidar, especialmente porque representaba la primera experiencia en un torneo de esa importancia. Para mi será inolvidable porque yo era el capitán de esa selección.”

 

En los juegos Olímpicos nuestra vinotinto se mediría a Unión Soviética, Cuba y Zambia. El 20 de julio de 1980, ante unas 80 mil personas la selección venezolana haría su debut en un torneo olímpico nada más y nada menos que ante los locales. Ese juego la vinotinto lo perdería con pizarra de 4-0. Mauro recuerda ese día de la siguiente manera.

“Nuestro primer cotejo fue ante la Unión Soviética. El escenario era extraordinario, en el estadio había casi 85 mil personas. Una cosa jamás vista para nosotros. Perdimos 4-0, pero hay que señalar que esa misma selección dos años después participaría en el mundial España ‘82. Pero lo que más me impresionó era ver a esa gente alentar a su selección. Nosotros teníamos una pequeña barra, eran los diplomáticos venezolanos que vivían en la capital soviética: eran como 10 personas. Pero cuando saltas al terreno de juego, te olvidas de estas personas que tienes a tu alrededor y piensas solo en jugar.”

Posteriormente, la vinotinto enfrentaría a Cuba (derrota 2-1) y Zambia (victoria 2-1). En el triunfo ante los africanos los goles llevan la firma de Zubizarreta (86’) y Elie (90’).

Mauro Cichero defendería en más oportunidades la camiseta de la selección nacional. “Jugar con la vinotinto es lo máximo que te puede pasar como futbolista. Es un orgullo representar a tu país en las diferentes competencias y oir el Gloria al Bravo Pueblo en un estadio es algo que NO TIENE PRECIO. Aunque en mi época, los vinotintos no eran famosos como lo fueron mis hijos Alejandro y Gabriel. Ellos, creo, que han vivido la mejor época de la vinotinto. En mi experiencia con la selección mayor recuerdo a jugadores como Carbajal, Campos, Bernardo Añor, Cheche Vidal, Iker Zubizarreta.”

Cichero, a lo largo de su carrera tuvo muchos entrenadores, cada uno aportó su granito de arena para que se convirtiera en un excelente jugador dentro y fuera de los terrenos de juego. “Los entrenadores que siempre recordaré son Celso de Oliveira, Alterio, “El mulato” Elio. En el Canarias tuve a Jair, en el ULA a Castanheira y un paraguayo que para mi fue el mejor de mi etapa profesional. Con la selección PreOlimpica y Olimpica a Luis Mendoza de Asistente y Manuel Plasencia de DT en la época se puede comparar hoy en día al Mr Plasencia con el Mr José Mourinho que sin haber jugado a alto nivel son grandes estudiosos del Fútbol mundial y con un gran conocimiento de la técnica y el juego.”

Luego de colgar los botines, Mauro Cichero se mantuvo vinculado al mundo del fútbol. “Al retirarme trabaje para ser entrenador de diferentes equipos. Cree una escuela de fútbol en el Colegio Campo Alegre en las Mercedes de Caracas y era profesor de Educación Física en el mismo en un Colegio Americano, donde se hablaba solo en Ingles y de no tener ningún equipo llegamos a tener desde Pre-B hasta el juvenil. Incluso llegamos a tener una Liga de Padres. Muchos de ellos eran personal diplomático de las diferentes embajadas que hacen vida en Caracas.”

Cichero llevó sus conocimientos también al Altamira Tennis Club donde fue de los precursores de las categorías: Infantil, Juvenil y Veteranos. Participando en diversas Ligas Interclubes de Caracas. Para mantener su estado de forma, el ex defensa continuó jugando fútbol con el equipo del Centro Italiano Venezolano de Caracas.

El 29 de enero de 1999, hace las maletas y se muda para Oklahoma City, en los Estados Unidos. “Aquí fui director de un club que tenía más de 3 mil niños jugando. Después comencé a entrenar a la Saint Gregory University. Como dato curioso puedo decirte que este club de la Liga Universitaria era el que tenía más jugadores venezolanos en sus filas.”

Mauro Cichero vivió una época donde en el fútbol venezolano vivía otra realidad tanto en el aspecto deportivo como en el económico.

“Aunque desde la salida de mis hijos no sigo mucho la Primera División, solo veo la Vinotinto. Siempre la veo con orgullo, ahora hay muchos jugadores venezolanos en las principales ligas del mundo. Un ejemplo es la MLS cada año se enriquece con la llegada de futbolistas criollos y en las inferiores del Cosmos hay muchos. Por su parte, en la liga local ya el nivel de los importados no es como en la mía, ya que es imposible traer jugadores de renombre con la situación económica del país. Pero es una oportunidad grande para el futbolista criollo ya que en mi época con el gran nivel de los importados no era fácil jugar para un venezolano.”

 

De Fioravante De Simone